«Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre» (Juan 14: 12). Cristo fue el ejemplo a imitar y el maestro a seguir. Él hizo todo lo que se esperaba que hicieran sus discípulos:
Ellos aprendieron a orar escuchando a Jesús orar;
aprendieron la importancia de las Escrituras al ver cómo Jesús dependía del texto sagrado;
aprendieron a amar al ver el amor en acción en la vida y en el ministerio de Jesús;
aprendieron a enseñar la verdad observando al maestro de los maestros.
Jesús mismo declaró «Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho» (Juan 13: 15).
El ejemplo que se inició con Cristo fue transmitido de discípulo a discípulo, de maestro a seguidor, de mentor a aprendiz. Más que programas, cursos o filosofías, los instrumentos del discipulado son las personas. ¿Qué mejor manera de inculcar los principios de una vida como la de Cristo que encarnarse como un ser humano para así mostrar un ejemplo vivo?
Y esto no se aplica únicamente a Cristo. Fíjate en lo que escribió Pablo, el gran apóstol: «Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo» (1 Cor. 11: 1). «Hermanos, sigan mi ejemplo y fíjense también en los que viven según el ejemplo que nosotros les hemos dado a ustedes» (Fil. 3: 17).
Los nuevos discípulos aprenden el significado del discipulado, así como lo que implica seguir a Cristo, imitando el ejemplo de alguien. Ese alguien nos incluye a nosotros. «Debería haber no solo enseñanza teórica, sino trabajo práctico dirigido por instructores experimentados. Los que instruyen deben al trabajar ser un modelo entre el pueblo; los demás al unirse con ellos, aprenderán de su ejemplo. Un ejemplo vale más que muchos preceptos» (Servicio cristiano, cap. 5, p. 64). Para hacer discípulos, un ejemplo vivo es más poderoso que un montón de palabras.
La calidad de los nuevos discípulos estará limitada por la calidad de los ejemplos que estén imitando. Jesús dice en Mateo 23: 15: «¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que recorren tierra y mar para ganar un adepto, y cuando lo han logrado, hacen de él una persona dos veces más merecedora del infierno que ustedes mismos». El discipulado no es siempre una trayectoria espiritual positiva; también puede ser negativa. En este caso, los fariseos hicieron que sus discípulos fueran dos veces más hipócritas que ellos. Un principio encontrado en este pasaje es que los discípulos rara vez se elevan más alto que los mentores que los guían.
En el proceso de seguir a Cristo, el primer paso para un buen discipulado es encontrar, adiestrar, o ser buenos mentores. Esta dinámica se identifica en 2 Timoteo 2: 2 donde Pablo dice: «Lo que me has oído decir delante de muchos testigos, encárgaselo a hombres de confianza que sean capaces de enseñárselo a otros». ¿Observas cómo fluye todo? Se inicia con Pablo, que «discípula» a Timoteo, quien a su vez discípula a «hombres fieles», quienes discipulan a «otros». En todo ello es Cristo quien inspira el discipulado a través del Espíritu Santo; y Cristo es el máximo ejemplo que ellos están imitando.
En todas nuestras actividades relacionadas con ir, bautizar, enseñar, predicar, entrenar, ganar almas y hacer conversos, debemos impresionar a todos con una verdad esencial: todo discípulo que sigue a Cristo debe llevar almas a Cristo y convertirse en un «hacedor» de discípulos.
El discipulado de Cristo lo abarca todo y lo incluye todo. Cada discípulo debe ser enseñado a invertir tiempo y a ministrar personalmente a otros, dirigiendo y guiando como lo hizo Cristo. Esa fue su misión. Esa debería ser nuestra misión. «Un alma, ganada para la verdad, será el instrumento para ganar a otros, y habrá un resultado creciente de bendición y salvación» (Servicio cristiano, cap 10, p. 126).
¿Qué te está diciendo Jesús por medio de los versículos del día de hoy?
¿Qué te está diciendo Jesús que debes hacer como discípulo de él?
¿En qué sentido puedes ver a Jesús en forma diferente, o identificar algún rasgo nuevo de él, basándote en los versículos los anteriores?
Para meditar y orar: ¿Cómo respondes tú al ver a Jesús de esa manera?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 3er trimestre 2020 “Las Bases Del Discipulado” Lección 1: «LOS INSTRUMENTOS DEL DISCIPULADO« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo