«Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser» (Gén. 2:24).
Este verano probablemente asistirás a alguna boda. Quizá no te entusiasme la idea. Tal vez, prefieras mirar dibujos animados o algún video gracioso en lugar de la marcha, la predicación y los votos. En realidad, el novio probablemente también querría estar viendo la tele, pero él tiene que ir a su boda para que la novia tenga a quién besar cuando todo termine, y tú tienes que ir para que haya alguien que los salude después.
No te sientas mal por tener que ir a una boda. Si tienes un poco de suerte y mantienes los ojos abiertos, quizá veas algo aún más entretenido que los dibujos animados. Nosotros tuvimos buena asistencia en nuestra boda porque se corrió la voz de que Lori se había desmayado dos veces mientras le probaban el vestido, así que había probabilidad de que se cayera también durante la ceremonia. Eso habría sido divertido, pero Lori pudo terminar la ceremonia de pie. Creo que algunos de los invitados estaban tan decepcionados que querían que les devolviéramos sus regalos.
Los niños del cortejo también pueden agregar bastante valor de entretenimiento a una boda. Estoy pensando en una niña de las flores que se aburrió durante una extensa ceremonia y finalmente exclamó: «¿No están casados todavía?».
Una dama de honor llamada Shona McDermott agregó una suma considerable de agitación a una ceremonia cuando su cabello se prendió fuego. Aparentemente, se había excedido del límite recomendado de fijador para cabello y, cuando se acercó demasiado al candelabro, ¡puf!, se convirtió en una antorcha humana. No sufrió heridas gracias a su hijo de diez años, que comenzó a golpearla en la cabeza con un almohadón.
Por supuesto, la boda más interesante a la que asistirás en tu vida es aquella en la que tú dirás: «Sí, quiero». Entonces, entenderás qué cosa tan genial hizo Dios cuando inventó el matrimonio. Quizá no me creas ahora, pero es hasta mejor que los dibujos animados. Kim