«Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo»(Mat. 5:16).
De niño, Amar tenía un don especial para lo electrónico. Su familia no tenía dinero para comprarle un nuevo tren eléctrico de juguete, pero él podía conseguir piezas de tren rotas que otros niños habían tirado, y arreglarlas. Con el tiempo, comenzó su propio negocio de reparación de radios.
Era un estudiante tan disciplinado del Instituto de Tecnología de Massachusetts que se permitía escuchar solamente música clásica. Al avanzar en sus estudios, se dio el gusto de comprarse un equipo de sonido nuevo. Se suponía que era el mejor. Pero para él no sonaba tan bien, así que lo devolvió y comenzó a pensar en cómo diseñar un parlante que sonara como si estuvieras sentado en una sala de conciertos.
Llegó a diseñar un parlante extraño en el que ocho pequeños controladores (los parlantes individuales redondos que generan el sonido) apuntaban hacia atrás, a la pared, y solo uno estaba frente al oyente. Lo patentó, consiguió inversores y puso el producto a la venta; pero, a la mayoría de la gente, le pareció una locura.
Él podía tratar de explicarlo, pero lo mejor que podía hacer era dejar que las personas lo experimentaran. Lo llevó a un respetado escritor de una revista de audio. «Puse esta cosa pequeña sobre los grandes parlantes que él tenía», recuerda Amar, «lo prendí, y a los cinco minutos él dijo: ‘No me importa si esto está hecho de queso verde, es el mejor sonido que he escuchado en mi vida».
El escritor publicó un artículo tan elogioso sobre el parlante Bose 901 que las ventas aumentaron, y el mismo parlante se sigue vendiendo más de cincuenta años después.
Amar Bose puede enseñarnos algo acerca de la testificación. Podemos explicarle a la gente con diagramas y argumentos lógicos por qué debería seguir a Jesús. Sin embargo, lo que realmente los impresionará es ver la diferencia que Jesús marca en nuestra vida.
Pon a Jesús en el centro de tu vida y sube el volumen. Con seguridad, sacudirá el mundo. Kim