«El que creó a Eva para que fuera compañera de Adán […] había dispuesto que hombres y mujeres se unieran en el santo lazo del matrimonio, para formar familias cuyos miembros, coronados de honor, fueran reconocidos como miembros de la familia celestial».-ELENA G. DE WHITE, El ministerio de curación, cap. 29, p. 245.
«Los hijos son la herencia del Señor, y somos responsables ante él por el manejo de su propiedad [ … ] con amor, fe y oración, hasta que gozosamente puedan presentarse a Dios diciendo: “He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová” {Isa. 8: 18)».-ELENA G. DE WHITE, Palabras de vida del gran Maestro, cap. 15, pp. 156-157.
«Tengo un interés muy tierno en todos los niños, porque yo sufrí a una edad muy temprana. He cuidado a muchos niños, y siempre he sentido que la asociación con la sencillez de la infancia fue una gran bendición para mí. […]
»La compasión, la paciencia y el amor necesarios para tratar con los niños serían una bendición en cualquier hogar. Suavizarían y atenuarían los rasgos de carácter de aquellos que necesitan ser más alegres y tranquilos. La presencia de un niño en un hogar endulza y refina. Un niño criado en el temor del Señor es una bendición».-ELENA G. DE WHITE, Carta 329, 1904.
«El cuidado y el afecto prodigados a los niños que dependen de nosotros quitan la rudeza de nuestra naturaleza, nos hacen tiernos y simpatizantes, e influyen en el desarrollo de los elementos más nobles de nuestro carácter».-ELENA G. DE WHITE, Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 572.
«Los hijos son confiados a sus padres como un encargo valioso, que un día Dios requerirá de sus manos. Tenemos que dedicar a su preparación más tiempo, cuidado y oración. Necesitan que les demos más instrucción de la clase apropiada.
»Recuerden que sus hijos e hijas son los miembros más jóvenes de la familia de Dios. Él los confió a su cuidado, a fin de que los eduquen para el cielo. Tendrán que darle cuenta de la manera en que cumplen su deber sagrado. […]
»Antes de aumentar su familia, debieran considerar si Dios sería glorificado o deshonrado al traer ellos hijos al mundo. Traten de glorificar a Dios por medio de su unión desde el primero y durante cada año de su vida matrimonial. […]
»Los padres no deben aumentar sus familias hasta el punto de no poder cuidarlas y educarlas debidamente. El que haya año tras año un niño en los brazos de la madre significa una gran injusticia para ella. Reduce, y a menudo destruye en ella, el placer social y se agrava la miseria doméstica. Priva a sus hijos del cuidado, de la educación y del gozo que los padres tienen el deber de otorgarles.
»El asunto que tienen que decidir es este: “¿Estoy criando una familia de hijos para fortalecer la influencia de las potestades de las tinieblas y para aumentar sus filas, o estoy criando hijos para Cristo?“».-ELENA G. DE WHITE, El hogar cristiano, cap. 24, pp. 151-154.
Después de haber analizado el pasaje de esta semana y de haber repasado el versículo destacado que has aprendido de memoria:
¿Qué aplicaciones prácticas debes realizar a la luz de estas revelaciones proféticas?
Repasa el versículo de memoria. ¿Cómo se aplica a tu vida esta semana?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 1er trimestre 2020 “Cómo descubrir el proposito de Dios para tu vida” Lección 10: «HERENCIA DEL SEÑOR« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo