«Jesús le dijo: ‘¿Cómo que ‘si puedes’? Para quien cree, todo es posible «‘ (Mar. 9:23, RVC).
La obra que James Barrie acababa de escribir fue todo un éxito. Peter Pan contaba la historia de un niño que nunca crecía. También podía volar. Cuando Peter conoció a los niños de la familia Darling, les contó que, si tenían fe, podrían volar como él. Y en la obra, gracias a algunos cables y arneses, volaron, Muchos padres le decían a James cuánto disfrutaban el libro sus hijos. Eso lo hizo sentir genial. Pero, luego, algunos padres comenzaron a contarle historias no tan geniales. Sus pequeños habían tratado de despegar de sus camas en casa con el poder de la fe. Por supuesto, se caían al piso y se golpeaban, se hacían moretones y se quebraban algunos huesos.
James inmediatamente hizo un cambio en la frase que Peter Pan decía en la obra. Peter aún les prometió a sus amigos que podrían volar, pero solo si primero habían sido rociados con «polvillo mágico». Como el polvillo mágico era muy difícil de conseguir en Londres, los niños dejaron de intentar volar.
La Biblia dice: «Para quien cree, todo es posible». ¿Quiere decir eso que, si intentas creer con todas tus fuerzas, todos tus deseos se harán realidad? Digamos que tu abuela está enferma. Si crees con todas tus fuerzas, ¿hará eso que ella se recupere? Lamentablemente, no suele funcionar así.
Puedes confiar por completo en el poder de Dios en tu vida y en la vida de quienes te rodean, pero no esperes controlar ese poder con tu mente. Eso te haría más un mago que un cristiano.
Pronto llegará el día en que el pecado terminará y veremos que el poder de Dios transformará a los enfermos en personas sanas y resucitará a los muertos. Quizá no lo veamos tan a menudo en la actualidad, pero sí lo veremos cuando Jesús regrese. Y cuando vayas al hogar celestial, apuesto a que podrás saltar de tu cama y volar de verdad. Kim