«Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría. Aprovechen bien este momento decisivo [..] No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor» (Efe. 5:15-17, DHH).
¿Te suenan de algo las siguientes frases?
«Apaga el televisor».
«¿No pasaste ya suficiente tiempo jugando en la computadora?» «Deja tu teléfono cuando estás en la mesa». Parece como que hay una batalla campal entre tus padres y tus aparatos electrónicos. ¿Quién ganará?
Por un lado, estos aparatos electrónicos son increíblemente entretenidos. Los juegos, los programas de televisión y streaming, las selfies de tus amigos… todo esto resulta irresistible. Por otro lado, tus padres te alimentan y te llevan al médico cuando te duele algo, así que tienen cierta ventaja.
¿Quizá los padres están celosos de tus dispositivos electrónicos por toda la atención que les prestas? Un estudio de Common Sense Media mostró que los adolescentes pasan nueve horas por día utilizando los aparatos electrónicos: más tiempo del que pasan durmiendo. Los padres probablemente totalmente ignorados. De hecho, me contaron de un padre que dijo: «Déjame atarme tu teléfono celular a la frente para que me mires cuando te hablo».
Tus padres quizá también estén preocupados por todo el tiempo que pasas con esos dispositivos.
Steve Jobs, el fundador de Apple, ya tenía cien millones de dólares a los veinticinco años. Era dueño de un jet privado, un yate enorme y todo lo que el dinero pudiera comprar. Y esto es lo que dijo: «Las cosas que más me gustan en la vida no cuestan dinero. Es evidente que el mayor recurso que tenemos es el tiempo».
Cuando el tiempo se va, no puedes recuperarlo. Los aparatos electrónicos pueden succionar el tiempo de tu día como una aspiradora succiona el polvo de tu casa. De tanto en tanto, quizá quieras apagar todos tus dispositivos y pasar algo de tiempo con tu familia, haciendo amigos, aprendiendo, creando arte o construyendo algo útil. Las horas vuelan. No permitas que la tecnología te arrebate lo más valioso que tienes. Kim