«¿Acaso le has dicho a Dios: «Me dejé engañar; no volveré a pecar. Muéstrame las faltas que yo no veo. Si he actuado mal, no lo volveré a hacer»? ¿Acaso quieres que Dios te recompense como mejor te parezca, aunque tú lo hayas rechazado? Ya que eres tú quien decide, y no yo, dinos lo que sabes». Job 34: 31-33, DHH
ACUDE DE TODO CORAZÓN a Jesús. Arrepiéntete de sus pecados, haz tu confesión a Dios, abandona toda iniquidad, y podrás acogerte a sus promesas. […] Llegará el día cuando se producirá el terrible derramamiento de la ira de Dios sobre todos los que han persistido en serle desleales. Será entonces cuando Dios deberá hablar y hacer cosas terribles en justicia contra los transgresores de su ley. Pero nadie tiene que hallarse entre aquellos que caerán bajo la ira de Dios. « ¡Hoy es el día de salvación!» (2 Cor. 6: 2, NVI).
La luz de la cruz del Calvario resplandece ahora claridad y esplendor, que revelan a Jesús como nuestro sacrificio por el pecado. Mientras relees sus promesas […], recuerda que son la expresión de un amor y una compasión inefables. El gran corazón lleno de un amor infinito se siente atraído hacia el pecador con compasión ilimitada. «Tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados» (Efe. 1:7).
Cree que Dios es tu auxiliador. Él quiere restaurar en ti su imagen moral. En la medida que te acerques a él con confesión y arrepentimiento, él se acercará a ti con misericordia y perdón. Todo lo debemos al Señor. Él es el autor de nuestra salvación.— Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 597, adaptado.
¿Has resuelto entregarte a Dios? Ve, pues, a él, y pídele que te limpie de tus pecados y te dé un corazón nuevo. Cree que lo hará porque lo ha prometido. Esta es la lección que el Señor Jesús enseñó mientras estuvo en la tierra. Debemos creer que recibirnos el don que Dios nos promete y que ya es nuestro.— El camino a Cristo, cap. 6, p. 76, adaptado.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con el juicio de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez