Estamos viviendo en los postreros días, cuando la locura referente al matrimonio constituye una de las señales de la próxima venida de Cristo. No sé consulta a Dios en estos asuntos. La religión, el deber y los principios son sacrificados para seguir los impulsos del corazón no consagrado. No debiera haber mucha ostentación y regocijo por la unión de los cónyuges. Ni siquiera hay un matrimonio de cada cien que resulte feliz, que lleve la sanción de Dios y coloque a los cónyuges en una posición que les permita glorificarlo mejor. Las malas consecuencias de los casamientos mal concertados son innumerables. Se contraen por impulso. Rara vez se piensa en considerar sinceramente el asunto y se tiene por anticuado consultar a los que tienen experiencia».
»En lugar del amor puro imperan el impulso y la pasión no santificada. Muchos ponen en peligro sus propias almas y atraen sobre sí la maldición de Dios al entablar relaciones matrimoniales simplemente para satisfacer su fantasía. Me han sido mostrados los casos de algunos de los que profesan creer la verdad y han cometido el gran error de casarse con personas incrédulas. Tenían la esperanza de que el cónyuge incrédulo aceptaría la verdad; pero éste después de alcanzar su objeto se halla más lejos de la verdad que antes. Y luego empiezan los trabajos sutiles, los esfuerzos continuos del enemigo para apartar al creyente de la fe» (Testimonios para la iglesia, t. 4 pág. 495).
«El amor verdadero no es una pasión impetuosa, arrolladora y ardiente. Por el contrario, es sereno y profundo. Mira más allá de lo externo, y es atraído solamente por las cualidades. Es prudente y capaz de discriminar y su devoción es real y permanente» (El hogar cristiano, pág. 42).
«Ceñid los lomos de vuestro entendimiento, dice el apóstol; luego gobernad vuestros pensamientos, y no les deis rienda suelta. Podéis guardar y dominar vuestros pensamientos mediante esfuerzos resueltos. Pensad correctamente, y ejecutaréis acciones correctas. Debéis guardar, pues, vuestros afectos y no dejarlos vagar y prendarse de objetos impropios. Jesús os compró con su propia vida; le pertenecéis; por lo tanto, le habéis de consultar en todo, como en lo referente al empleo que debéis dar a las facultades de vuestra mente y a los afectos de vuestro corazón» (El hogar cristiano, págs. 44-45).
Después del estudio de este capitulo en esta semana, ¿Qué aplicaciones personales te sientes motivado a realizar en tu vida?
¿Qué aplicaciones practicas debes implementar en tu escuela, familia, lugar de trabajo e iglesia?
Repasa el versículo de memoria. ¿Cómo se aplica a tu vida esta semana?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 1er trimestre 2020 “Cómo descubrir el proposito de Dios para tu vida” Lección 8: «DE UNO A DOS« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo