«EI que lo entregaba les había dado señal, diciendo: «Al que yo bese, ése es; ¡prendedlo! En seguida se acercó a Jesús y dijo: «¡Salve, Maestro!» Y lo besó. Jesús le dijo: «Amigo, ¿a qué vienes?»» (Mateo 26: 48-50).
Jesús también tuvo sus amigos de una buena atmósfera. De hecho, cuando consideramos la cruz, sus amigos más cercanos, los que pasaban más tiempo con él, y los que se abrían más íntimamente, en realidad eran los amigos de buena atmósfera. Uno completamente lo traicionó, otro negó tajantemente su amistad, mientras que los demás hicieron lo posible para disociarse de él en el momento de su gran necesidad.
Judas, después de estar con Jesús por tres años y medio, acompañándolo a todas partes y comportándose como su amigo, traicionó a Jesús con un beso falso. Judas había ido con los otros discípulos a predicar y expulsar demonios. Específicamente, Jesús se dirigió a Judas como «amigo» y recibió el beso traidor. Es claro que Judas no se mostró amigo con Jesús, pero Jesús todavía se preocupaba por él como amigo. Su amistad se había convertido sanguinariamente tóxica, aún así, «el Salvador no reprochó a su traidor […]. Jesús no pronunció una sola palabra de condenación. Miró compasivamente a Judas» (El Deseado de todas las gentes, pág. 756).
Con todas las buenas intenciones, aun Pedro reprendió a Jesús (Mateo 16: 22) al tratar de disuadirlo de su misión. Aunque su amistad con Pedro era genuina, profunda y amorosa, la ignorancia de Pedro era tóxica (vers. 23). Peor aún, Pedro negó a su amigo tres veces. La lealtad fue remplazada por el temor y Pedro se afligió por su pecado. E. G. White comenta que «la manera en que el Salvador trató a Pedro encerraba una lección para él y sus hermanos. Les enseñó a tratar al transgresor con paciencia, simpatía y amor perdonador. Aunque Pedro había negado a su Señor, el amor de Jesús hacia él no vaciló nunca» (El Deseado de todas las gentes, pág. 852).
Lo que sobresale es la importancia del ejemplo de Cristo de ser amigo aun cuando la otra persona no lo era —esta es la amistad desinteresada—. A veces, la amistad puede convertirse en tóxica, o descubres que el nivel de compromiso a la amistad estaba desproporcionado. Las amistades tóxicas afectan negativamente nuestra salud mental, emocional, social y el bienestar físico. Puede ser necesario romper la amistad por el bien de nuestra salvación; sin embargo, tenemos una mayor oportunidad de desarrollar amistades transformadoras cuando valoramos un espíritu desinteresado en nuestras relaciones.
¿Qué preguntas surgen después de estudiar este pasaje? ¿Qué partes son difíciles?
Después de mirar tu texto escrito y comentando, ¿qué puntos de vista en especial parecen destacar tus notas en general?
¿Qué otros principios y conclusiones encuentras?
¿Cómo lidias con la perdida de una amistad, cuando alguien te da la espalda o te traiciona?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 1er trimestre 2020 “Cómo descubrir el proposito de Dios para tu vida” Lección 7: «MÁS CERCANO QUE UN HERMANO« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo