Lo que a menudo no se expresa, pero intrínsecamente conocido es que el lugar de la autenticidad es el corazón —en el interior de lo que somos—. Proverbios 4: 23 dice: «Sobre toda cosa que guarde, guarda tu corazón, porque de él mana la vida». A menudo, esto es un campo subjetivo que tanto las ciencias duras como las ciencias sociales quieren evitar, sin embargo, un campo que el mundo religioso ha conocido bien. Los temas de la verdad, autenticidad, realidad y moralidad residen en el corazón humano. Los problemas de la humanidad como la sobrepoblación, la corrupción política, el terrorismo global, el hambre en el mundo y el desastre en el medio ambiente, todos estos temas pueden reducirse al tema del corazón —en el interior de la persona—
Otro término para esta falla innata humana es pecado. Si no hubiera codicia, toda forma de abuso sexual sería eliminada. Si no hubiera avaricia, toda forma de abuso al medio ambiente, desechos empresariales y crímenes financieros desaparecerían. Si no hubiera orgullo, toda forma de conflicto, guerra y lucha no existiría. Esta es la tesis de Jesús del Sermón del Monte de Mateo 5—7. En la nueva constitución de Cristo para el Reino de Dios, los principios de este sermón no establecen ideales políticos o socioeconómicos. Jesús está predicando que los temas de su Reino residen en el interior de todos nosotros.
Por esta razón, Jesús desprecia la religión que solo busca cambiar el exterior, ¡pero protege los vicios del corazón! «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17: 9). La justicia de los fariseos solo buscaba lo externo, mientras que la justicia de Cristo lo supera (compara con Mateo 5:20). Él desarrolló asuntos internos específicos: conflicto (Mateo 5:21-26), codicia (5: 27-32), engaño (5: 33-37), venganza (5: 38-42), odio (5: 43-48). La pasión de Cristo se manifestó en su amonestación contra la religión externa en Mateo 6: 1-18, así como en Mateo 23: 13-30. El mayor argumento contra el cristianismo es la actitud de aquellos que solo mantienen los estándares, ¡externamente!
La persecución y la política del gobierno no pueden cambiar el corazón, aunque puedan cambiar el comportamiento externo. Las instituciones humanas, como la iglesia y la religión, no pueden cambiar el corazón, aunque puedan cambiar el comportamiento externo. Por nosotros mismos no podemos cambiar el corazón, aunque podamos cambiar el comportamiento externo. Solo Dios puede cambiar a la persona hasta el nivel del corazón, de adentro hacia fuera. Dios dice: «Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra» (Ezequiel 36: 26-27).
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 1er trimestre 2020 “Cómo descubrir el proposito de Dios para tu vida” Lección 6: «A FUERA Y DENTRO« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo