– ¡Pero qué pan tan bueno, mamá! ¡Muchas gracias! -dijo Miguel.
-Hijo, para que tengamos este delicioso pan fue necesario que Dios enviara la lluvia y el sol, que unas personas sembraran el trigo, que en las fábricas hicieran la harina, que el panadero se levantara temprano para amasarlo… –Y que tú hayas ido a la panadería a comprarlo -agregó el niño.
-Es Verdad, todos colaboramos, pero recuerda que es Dios quien hace que todas las cosas existan.
¿Y yo?
Seguro que tú también quieres colaborar con Dios y con las personas que están a tu alrededor. Es muy importante apreciar el esfuerzo que cada uno hace.
Mi oración para hoy
Querido Dios, muchas gracias por el sol y por la lluvia que contribuyen para que el pan pueda llegar a mi mesa.