«Habló a Israel desde la columna de nube, y los israelitas siguieron las leyes y los decretos que les dio. Oh Señor nuestro Dios, tú les respondiste; para ellos fuiste Dios perdonador, pero los castigaste cuando se desviaron. Exalten al Señor nuestro Dios y adoren en su monte santo, en Jerusalén, ¡porque el Señor nuestro Dios es santo!». Salmo 99: 7-9, NTV
NADIE SE PONE REALMENTE en comunión con el cielo por visitar una montaña sagrada o un imponente templo. La religión no ha de limitarse a las formas o ceremonias externas. La religión que proviene de Dios es la única que puede realmente conducirnos a él. A fin de servirle como es debido, se preciso haber nacido del Espíritu divino. Esto purificará el corazón y renovará la mente, dándonos una nueva capacidad para conocer y amar a Dios. Nos inspirará una obediencia voluntaria a todos sus requerimientos. En esto consiste la verdadera adoración, fruto de la influencia del Espíritu Santo. Por el Espíritu es formulada toda oración sincera, aceptable para Dios. Siempre que alguien busca afanosamente a Dios, se manifiesta la obra del Espíritu, y Dios se le revelará. Él busca tales adoradores. Espera para recibirlos y hacerlos sus hijos e hijas.—El Deseado de todas las gentes, cap. 19, pp. 165-166.
Nuestros cultos de adoración deben ser ocasiones sagradas y significativas. […] No debe dejarse penetrar nada que sepa a un espíritu anticristiano, falto de amor, porque acaso ¿no es que nos congregamos para pedir misericordia y perdón del Señor? El Salvador ha dicho claramente: «Con el juicio con que juzgáis seréis juzgados» (Mat. 7: 2). […] ¿Quién puede subsistir delante de Dios y presentar un carácter sin defecto, una vida sin mancha? […]
Nuestras reuniones deben hacerse lo más interesantes posible. Deben estar impregnadas de la misma atmósfera del cielo. Que no haya discursos largos y áridos, ni oraciones formales simplemente para ocupar el tiempo. Todos deben estar listos para hacer su parte con prontitud, y cuando han cumplido su deber la reunión debe clausurarse. […] Esto es ofrecer a Dios un culto aceptable.— Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 573-573.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con las indicaciones de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez