Algunas revelaciones de la voluntad de Dios son universales e inmutables. Por ejemplo, la Segunda Venida de Cristo es un acontecimiento seguro que sucederá en el futuro cercano de la historia de la Tierra. Nada puede cambiar esta realidad. A esto se le llama la voluntad soberana de Dios. Complementariamente a la voluntad soberana de Dios está la voluntad revelada de Dios. Estas son las revelaciones de Dios para la persona, contextualizadas por el entorno local. Los principios extraídos de la Biblia son para aplicarse y aprobarse por la persona al tomar la decisión con oración y bajo la orientación del Espíritu Santo.
Cuando se necesita tomar una decisión, debemos acudir a Dios en oración y pedir la ayuda del Espíritu Santo. Después, debe consultarse la Biblia en los escenarios y narrativas que son similares. ¿Cuáles son los principios que pueden obtenerse de la narrativa?
Tornemos como ejemplo el pasaje de la Escritura de esta semana: 1 Reyes 17: 1-9; 18: I. ¿Cuáles principios de este pasaje pueden aplicarse a tu situación? ¿Hay otros pasajes bíblicos que pueden compararse y contrastarse con este? El principio y la frase que se repite en el pasaje es que Elías siempre esperó a la Palabra del Señor. En lugar de mirar a las circunstancias externas de persecución y política o a las internas de su condición de miedo y hambre, él esperó la orientación del cielo. Cada vez que Elías esperó a la Palabra, la escuchó y la obedeció. Desafortunadamente, después del episodio del Monte Carmelo, Elías tomó su vida en sus propias manos cuando huyó de la persecución de Jezabel. En ninguna parte del pasaje está la frase: «De acuerdo a la Palabra del Señor».
Se necesita la oración no sólo para pedirle a Dios formalmente ayuda, sino también para evitar el engaño de nuestros propios corazones. Como el Señor dice en la Escritura: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? ¡Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, ¡según el fruto de sus obras!» (Jeremías 17: 9-10). El problema no es la complejidad o la impertinencia de la voluntad de Dios, sino la deshonestidad del corazón humano. Aun en medio del estudio de la Biblia, el corazón humano puede ser selectivo en cuanto a lo que quiere conocer y hacer. En lugar de seleccionar los principios que queremos obedecer, en lugar de encadenar versículos seleccionados para tener un resultado específico, debernos buscar la voluntad de Dios con todos nuestros corazones como lo estudiamos la semana pasada.
Mientras que algunos principios requieren más estudio, otros son inequívocos. Algunos son parte de su voluntad soberana, mientras que otros se prescriben sólo para tus circunstancias. Algunos pasajes requerirán toda la vida para entenderlos, mientras que el significado de otros versículos será descubierto de manera súper natural por el Espíritu Santo. Independientemente de la categoría, más importante aún que entender la voluntad de Dios es seguirla al obedecerla por su gracia y fortaleza.
¿Qué preguntas surgen después de estudiar 1 Reyes 17: 1-9; 18: 1? ¿Qué partes son difíciles?
Después de mirar tu texto escrito y comentado, ¿qué puntos de vista en especial parecen destacar tus notas en general?
¿Cuáles son algunas promesas de permiso que Dios te está revelando?
¿Cuáles son algunas promesas de prohibición que Dios te está revelando?
¿Cuál es la reacción de tu corazón a estas promesas?