Tienes un temible informe del año pasado, que está abierto a la vista de la Majestad del cielo y de las miríadas de ángeles puros e inmaculados. Pueden haber estado ocultos a los mortales tus pensamientos y actos, tus sentimientos violentos y no santificados, pero recuerda que los actos más triviales de tu vida están abiertos a la vista de Dios. Tienes un registro manchado en el cielo. Allí están anotados todos los pecados que has cometido.
Dios te mira con desaprobación, y sin embargo pareces desprovista de sentimientos; no te percatas de tu condición perdida y arruinada. A veces sientes remordimientos pero pronto se sobre- pone tu espíritu independiente y orgulloso y ahogas la voz de la conciencia.
No eres feliz; y sin embargo imaginas que si pudieras hacer tu voluntad sin restricciones, lo serías. ¡Pobre niña! Ocupas una posición semejante a la de Eva en el Edén. Imaginaba ella que si tan sólo comía del fruto del árbol que Dios le había prohibido tocar siquiera, so pena de muerte, se exaltaría grandemente. Comió, y perdió todas las glorias del Edén.