En 1 Reyes 13:13 se registra: “a pesar de esto, Jeroboam no abandonó su mala conducta, sino que volvió a nombrar sacerdotes de entre el pueblo para los santuarios en lugares altos. A quien así lo deseaba, Jeroboam lo consagraba sacerdote de tales santuarios”. Este era un pecado grave ante Dios. A los levitas se les garantizaba un sueldo de los diezmos. Esto permitía que se concentraran completamente en sus tareas sacerdotales. En el caso de los sacerdotes de Jeroboam, eran pagados por el rey. Por lo tanto debían mezclar sus tareas sacerdotales con las seculares, pero antes de que pasara mucho tiempo se corrompieron con los sobornos y se vendieron para satisfacer los intereses del rey.
APLICALA A TU VIDA
Medita en los comentarios de Elena G de White al concluir su capítulo sobre Jeroboam: <<Sin embargo, el Señor no abandonó a Israel sin hacer primero todo lo que podía hacerse para que volviera a serle fiel. A través de los largos y oscuros años durante los cuales un gobernante tras otro se destacaba en atrevido desafío del cielo y hundía cada vez más a Israel en la idolatría, Dios mandó mensaje tras mensaje a su pueblo apóstata. Mediante sus profetas, le dio toda oportunidad de detener la marea de la apostasía, y de regresar a el […] Aun en las horas más sobrias, algunos iban a permanecer fieles a su Gobernante divino, y en medio de un Dios santo. Esos fieles se contaron entre residuo de los buenos por medio de quienes iba a cumplirse finalmente el eterno propósito de Jehová>> (profetas y reyes, cap. 7, p. 72
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
1ra. trimestre 2020 “REYES Y PROFETAS”
Lección 7: «EL SÍNDROME DEL PECADO DE JEROBOAM»
Colaboradores: Gisela B. Barbosa & Paty Solares