Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 1 CORINTIOS 4: 1
Hace aproximadamente dos mil años Jesús vino a este mundo para entregarse como sacrificio perfecto por nuestros pecados y para restaurar la relación del ser humano con Dios. Jesús conocía perfectamente el plan de salvación mucho antes de la creación del mundo, porque había participado en su estructuración, Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos» (2 Tim. 1: 9).
Somos sumamente afortunados de vivir en una época en la cual Dios no guarda secretos: «Ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros (1 Ped. 1: 20). A través de la fe que tenemos en Jesús podemos estar seguros de que Dios no guarda secretos. Dios te asegura hoy mismo, en este instante, que tienes garantizada la entrada al cielo mediante los méritos de Jesús, quien, a costa de un gran sacrificio, restauró tu relación con Dios y te proporcionó la certeza de tu salvación.
Tenemos la inmensa suerte de vivir en un tiempo cuando los «secretos de Dios» han sido revelados. Se nos ha dado la oportunidad de escuchar el mensaje del plan de salvación completo y de creer en él. ¡Gracias, Señor! Pero Dios nos ha dado más que la oportunidad de escuchar su evangelio y creer en él. Ha encomendado su mensaje de salvación a cada uno de nosotros. Debemos vivir de tal manera que exaltemos el evangelio ante la vista de los demás. Necesitamos vivir el mensaje de salvación conscientes de que la gracia que hemos recibido costó la vida del inocente Hijo de Dios. Esta gracia debe ser honrada a través de una vida comprometida, libre de hipocresía, de odio, de envidia, de placeres mundanales. Si hemos entendido el plan de salvación y hemos aceptado el evangelio, todo lo que hagamos tendrá el propósito principal de dar honra y gloria a Dios.
Atesora tus privilegios hoy. Agradece a Dios por vivir en una época en la cual él se ha revelado en su Palabra plenamente. Da gracias a Dios porque, a través de la misericordia de Jesús, tus pecados han sido sepultados en lo profundo de la mar. No hay nada secreto. Dios ha revelado todo lo que necesitamos saber. Es lo que enseña la Palabra de Dios de principio a fin. Comparte hoy el gozo de la salvación con cualquier persona que se cruce en tu camino.
Tomado de: Lecturas Devocionales Familiares 2020 «Siempre Gozosos: Experimentando el amor de Dios» Por: Juan O Perla Colaboradores: Augusto Palacios & Erika de la Cruz