El lenguaje de Salomón al orar a Dios ante el antiguo altar de Gabaón, revela su humildad y su intenso deseo de honrar a Dios. Comprendía que, sin la ayuda divina, estaba tan desamparado como un niñito para llevar las responsabilidades que le incumbían. Sabía que carecía de discernimiento, y el sentido de su gran necesidad lo indujo a solicitar sabiduría a Dios. No había en su corazón aspiración egoísta por un conocimiento que le ensalzarse sobre los demás [..{Salomón no tuvo nunca más riqueza ni más sabiduría o verdadera grandeza que cuando confesó: “Yo soy joven, y no se como entrar o salir” (Profetas y reyes, cap 1, p. 18).
APLICALA A TU VIDA
La cita de la sección Más Luz de esta semana nos habla sobre la verdadera grandeza. Hoy, igual que atreves de la historia, la gente cree la grandeza consiste en tener posesiones, poder o personalidad. Nos imaginamos que la grandeza se mide por la ropa que usamos, el automóvil que conducimos, la casa en que vivimos, el dinero que ganamos, la influencia que poseemos o la atención que demandamos. La historia de Salomón nos recuerda, sin embargo, que la verdadera grandeza consiste en una vida caracterizada por el desinterés personal.
La meta primordial de Salomón fue server a su pueblo. Echando una mirada retrospectiva, al ver la manera en que los dos reyes anteriores de Israel destacaron su propia importancia, olvidando sus obligaciones hacia Dios y los ciudadanos, Salomón sabía que gobernar una nación con tantos problemas era una tarea demasiado grande para que la pudiera cumplir solo.
Con Corazón humilde, Salomón llegó a ser el más grande de los reyes terrenales. Fue solo cuando olvidó su compromiso con Dios que las cosas comenzaron a salir mal. Jesús vino a mostrarnos cómo server a los demás, diciéndonos que cualquier acto de bondad que le hiciéramos aún necesitado, se lo hacíamos a el. Todo lo que hacemos debería ser para la gloria de Dios, pero eso requiere humildad. Lee Mateo 23:11, 12. ¿Qué Podemos hacer para mantener esta perspectiva en nuestra vida cotidiana?
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
1ra. trimestre 2020 “REYES Y PROFETAS”
Lección 2: «EL HIJO ESCOGIDO»
Colaboradores: Gisela B. Barbosa & Magda Sanz T