«¡Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y obtiene la inteligencia, porque su ganancia es más que la ganancia de la plata, sus beneficios más que los del oro fino!». Proverbios 3: 13-14
PUESTO QUE DIOS ES LA FUENTE de todo conocimiento verdadero, el objetivo prioritario de la educación ha de ser […] dirigir nuestra mente a la revelación que él ha hecho de sí mismo. Adán y Eva recibieron conocimiento comunicándose directamente con Dios, y aprendieron de él por medio de sus obras. Toda la creación, en su perfección original, era una expresión del pensamiento de Dios. Para Adán y Eva, la naturaleza rebosaba de sabiduría divina. Pero, por la transgresión, los seres humanos fuimos privados de conocer a Dios a través de la comunicación directa con él y, en gran medida, de la revelación por medio de sus obras.
La tierra, arruinada y contaminada por el pecado, refleja pálidamente la gloria del Creador, pero sus lecciones objetivas no han desaparecido. En cada página del gran volumen de sus obras creadas se puede percibir la huella de la divina mano. La naturaleza todavía habla de su Creador. Sin embargo, lo que ella ahora nos revela es parcial e imperfecto. Y en nuestro estado caído, con las facultades debilitadas y nuestra limitada visión, somos incapaces de interpretarla correctamente.
Necesitamos la revelación más plena que Dios nos ha dado de sí mismo en su Palabra escrita. Las Sagradas Escrituras son la norma perfecta de la verdad y, como tales, se les debería dar el primer lugar en la educación. Para obtener una educación digna de tal nombre, debemos recibir un conocimiento de Dios, el Creador, y de Cristo, el Redentor, según están revelados en su Palabra […].
En vez de restringir su estudio a lo que otros han dicho o escrito, los estudiantes tienen que ser dirigidos a las fuentes de la verdad, a los vastos campos abiertos a la investigación en la naturaleza y en la revelación. Al contemplar las grandes realidades del deber y del destino la mente se expandirá y se robustecerá.— La educación, cap. 1, p. 16-17.