“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 1 JUAN 4: 16
¿Estás seguro, o segura, de ser un receptáculo del incondicional amor de Dios? Como es muy fácil decir que sí, mejor formulo esta otra pregunta: ¿Estás listo para aceptar y afirmar el amor de Dios en tu vida?
A veces no podemos experimentar el amor de Dios como debiéramos, porque, como pedro lo hemos negado muchas veces. Estremece pensar que hemos hecho quedar mal a Dios negándolo una y otra vez. Pero, a pesar de eso, de una cosa una cosa no debemos dudar que Dios nos ama. Como un padre terrenal, Dios siente un gozo que no podemos ni siquiera imaginar cuando verdaderamente creemos que él nos ama.
Si de veras creyéramos, con todo nuestro corazón, que Dios nos ama incondicionalmente, cambiara completamente nuestra perspectiva de vida.
¿Por qué somos a veces tan incrédulos del profundo amor de Dios? Quisiera presentar por lo menos cinco razones para que eso suceda:
Quizás tengamos una conciencia sumamente escrupulosa y nos preocupemos excesivamente incluso por las cosas más pequeñas que aún no logramos corregir en nuestra vida.
Quizá todavía estemos viviendo en el antiguo pacto, en la ley con todo su rigor, dejando fuera la poderosa gracia de Jesucristo.
Tal vez leemos la Biblia bajo la sombra de la ley y no bajo la sombra de la misericordia de Jesús.
O podría ser por causa de un problema psicológico. Conozco personas que no pueden llamar a Dios «Padre» (y, por lo tanto, no pueden creer en su amor), debido a una relación traumática que tuvieron con sus padres terrenales.
Quizá seamos muy conscientes de las innumerables veces que hemos dejado mal a Dios, por lo cual nos parece casi imposible que todavía nos ame.
Si puedes identificarte con cualquiera de estos puntos, la buena nueva es que por ninguna de estas cosas Dios dejaría de amarte. No es que lo merecemos, pero cuando todavía estábamos “muertos en pecados”, él nos amó.
Dios nos conoce demasiado bien. Por eso, su corazón se conmueve por nuestra condición y tiene misericordia de nosotros. No hay ningún lugar del universo en el cual estemos lejos del amor del Padre celestial. Para el ser humano es difícil creer que Dios nos ame tanto, pero ¡él me ama! ¡Él te ama a ti! ¡Él nos ama a todos!
Tomado de: Lecturas Devocionales Familiares 2020 «Siempre Gozosos: Experimentando el amor de Dios» Por: Juan O Perla Colaboradores: Augusto Palacios & Erika de la Cruz