Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 1 CORINTIOS 1 : 25
¿Hay debilidad e insensatez en Dios? No, el apóstol habla figuradamente. «El medio que Dios ha dispuesto para la salvación del hombre parece necedad y debilidad para los que están cegados por la filosofía humana. El lenguaje de PN figurado, pues en realidad no hay insensatez ni debilidad en Dios; pero su trato humana es una completa insensatez para el razonamiento irregenerado de los impíos (Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 662).
Pero también podemos extender la aplicación de este texto a otros aspectos de la fe cristiana, Cristo, el evangelio y la cruz les parecieron «locura» a los judíos y a los sabios de sus días y de todos los tiempos. Sin embargo, como dijo Matthew Henry: «La clara predicación de un Jesucristo crucificado fue más poderosa que toda la oratoria y toda la filosofía del mundo pagano» (Matthew Henry’s Commentary, t. 6, p. 411).
Pero también se puede aplicar este texto a los cristianos. Puede ser que el mundo nos considere e incluso que seamos, los más débiles, pobres, ignorantes y defectuosos de todos los seres humanos. Pero lo débil del mundo, lo menospreciado del mundo, y lo que no es, escogió Dios para avergonzar a lo fuerte, lo grande y lo que es. Y esos son sus hijos, destinados a resplandecer «como el resplandor del firmamento [… y] como las estrellas eternidad» (Dan. 12: 4).
¿Te sientes apenado al comparar los triunfos, las realizaciones, las posesiones y la presencia física de la iglesia y sus miembros y dirigentes con los del mundo? No los compares, porque te equivocarás. Casi siempre las personas más inteligentes han elegido el servicio del mal. Y los más humildes, los menos dotados intelectualmente, los más pobres, son los que han decidido servir a Dios. En una comparación humana, salimos muy malparados.
No compares a los gigantes del mundo con los enanos de Dios, porque, ciertamente, en el pasado, los gigantes han caído bajo el ataque de los enanos de Dios (1 Sam. 17).
Y, ¿qué diremos de la excelencia moral de los siervos de Dios? Jacob es uno de los hombres más importantes del Antiguo Testamento. Pero la vida de Jacob no fue nunca ejemplar. Tampoco su familia lo fue. Solo la gracia de Dios tomó la debilidad y necedad de aquellos pobres pecadores y los elevó al rango de hijos e hijas de Dios, padres de la fe y cimientos de la iglesia del Antiguo Testamento y del reino de Dios.
Acércate a Dios hoy. En él hay grandeza, fortaleza y sabiduría.
Tomado de: Lecturas Devocionales Familiares 2020 «Siempre Gozosos: Experimentando el amor de Dios» Por: Juan O Perla Colaboradores: Augusto Palacios & Erika de la Cruz