«Nuestro Padre celestial está esperando para derramar sobre nosotros la plenitud de bendiciones. Es nuestro privilegio beber abundantemente en la fuente del amor infinito. extraño es que oremos tan poco! Dios está listo y dispuesto a escuchar la oración de hijos, y no obstante hay por nuestra parte mucha vacilación para presentar nuestras necesidad es delante del Señor. ¿Qué pueden pensar los ángeles del cielo de los pobres seres desvalidos, sujetos a la tentación, y que sin embargo oran tan poco y tienen tan poca fe cuando el gran Dios lleno de infinito amor se compadece de ellos y está dispuesto a darles de lo que pueden pedir o imaginar? Los ángeles se deleitan en postrarse delante de Dios y en estar cerca de él. Su mayor delicia consiste en estar en comunión con Dios; en cambio, hijos de la raza caída, que tanto necesitan la ayuda que únicamente Dios puede dar, parecen satisfechos con andar privados de la luz de su Espíritu y de la compañía de su presencia.
Las tinieblas del maligno envuelven a aquellos que descuidan la oración. Las tentaciones secretas del enemigo los incitan al pecado; y todo porque no se valen del privilegio de orar que Dios les ha concedido. ¿por qué los hijos e hijas de Dios son tan remisos para orar, cuando la oración es la llave en la mano de la fe para abrir el almacén del cielo, donde están atesorados los recursos infinitos de la Omnipotencia? Sin oración incesante y vigilancia diligente corremos el riesgo de volvernos indiferentes y de desviarnos del buen camino. El adversario procura constantemente obstruir el acceso a propiciatorio para que no obtengamos, mediante fervientes súplicas y fe, gracia y poder para resistir la tentación.
Presenta a Dios tus necesidades, tristezas, gozos, preocupaciones y temores. No puedes incomodarlo ni agobiarlo. El que tiene contados los cabellos de tu cabeza no es indiferente a las necesidades de sus hijos. «Es que el Señor es muy compasivo y misericordioso’! Nuestra aflicciones conmueven su tierno corazón, especialmente cuando las compartimos con él. Llévale todo lo que confunde. No hay nada que sea tan pesado que él no lo pueda soportar, pues sostiene los mundos y rige todos los asuntos del universo. Nada que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeño que él no lo note. No hay en nuestra experiencia episodio tan oscuro que él no lo pueda leer, ni perplejidad tan grande que no la pueda solventar. Ninguna calamidad puede ocurrirle al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ningún gozo alegrarlo, ninguna oración sincera escaparse de los labios, CII.je el Padre celestial lo perciba y sin que tome en ello un interés inmediato. Él «restaura a los abatidos y cubre con vendas sus heridas’.’ Las relaciones entre Dios y cada alma son tan especiales y únicas como si no hubiera habido otra alma de la que ocuparse».— ELENA G. DE WI El camino a Cristo, cap. 11, pp. 139-140, 148-149.
Después de haber analizado Daniel 2: 1-30.
¿Qué aplicaciones personales te sientes motivado a realizar en tu vida?
¿Qué aplicaciones prácticas debes realizar en tu vida de oración?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 1er trimestre 2020 “DANIEL: Principios practicos para la vida en el tiempo del fin” Lección 2: «LA CLAVE PARA ENTENDER LA PROFECIA» Colaboradores: Zabdy Moscoso & Misael Morillo