En los tiempos bíblicos, el tránsito era muy escaso porque había pocos transportes y eran muy rústicos. Estaba el carro hecho de madera sostenido por dos ruedas. Este empleaba para tareas domésticas y era tirado por bueyes o vacas. El carro de guerra, que era un vehículo con dos ruedas, tirado por dos caballos, era muy liviano a veces estaba recubierto por un meta. En cambio. La carroza o litera servía para trasladar a una persona. Estaba protegida por hombres armados, tenía un techo y adornos.
Recién cuando Salomón fue rey de su país, el ejército Israelita tuvo carros de guerrera.
Lee más en la Biblia: 1 Samuel 6:14; Génesis 45:19, 21, 27: Josué 17:16; 1 Reyes 1:5; 10:26, 29; Cantares 3:7.
En la Biblia, encontramos que las personas que aman a Dios irán hacia él en diferentes transportes. Aquí no importa el vehículo, sino que somos tan especiales para Jesús que él va a disponer lo mejor para trasladarnos. La Biblia dice: “Harán venir de todas las naciones a todos los compatriotas de ustedes, a caballo, en carros, en litera, en mulas en camellos” (Isaías 66:20).
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