Levantando los ojos al cielo, dijo: padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado Potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Juan 17:1, 2.
El Padrenuestro es una oración que Jesús jamás podría haber elevado como propia, porque en esa oración se pide el perdón por las ofensas y las deudas. «Él nunca pecó y jamás engañó a nadie» (1 Ped. 2:22, NTV). Por lo tanto, la que llamamos la «Oración del Señor» es una oración que él no pudo haber elevado. El Padrenuestro es la oración que Jesús enseñó a los pecadores, la que tú y yo elevamos cada día, con profundo sentido, sin repetirla como una letanía. Pero la oración del capítulo 17 de Juan es la verdadera oración del Señor. Es la oración que ningún ser humano podría orar.
La relación que Jesús tenía con el Padre no es de la misma naturaleza que la que nosotros podemos tener con Dios por medio del Hijo. Cristo es Dios. Su voluntad y poder coinciden con los de su Padre. Por su sacrificio e intercesión, Jesús se convirtió en nuestro gran Sumo Sacerdote (Heb. 4:14-16). Pasó a través de las cortinas de «los cielos». Entró en el Lugar Santísimo del Santuario celestial, salpicado de su sangre como expiación por nuestros pecados. Se sentó a la diestra del Padre, para interceder por todos nuestros fracasos, todas nuestras iniquidades, todas nuestras transgresiones; para mediar por todas las acusaciones contra nosotros de los inicuos, de los demonios y del mismo Satanás. Jesús ora para que tú no te pierdas (Juan 17:9).
Pero, antes de orar por ti y por mí, ora por él mismo para que Dios lo glorifique antes de iniciar su ministerio sacerdotal en el cielo (vers. 1-5). La oración no solo revela la autoconciencia de su divinidad, sino también su aceptación voluntaria de la Cruz, porque la glorificación sería alcanzada a través de la muerte, la resurrección y la ascensión. La «hora ha llegado» señala los sufrimientos inminentes como el primer paso en la respuesta a su oración. «A él le aguardaba la última batalla con Satanás, y salió para hacerle frente»
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2019 «Las Oraciones más Poderosas de la Biblia» Por: Ricardo Bentacur.
Colanboradores: Rosalba Barbosa & Gladys Cedano