Materiales: Un recipiente pequeño con agua, jabón, toalla.
QUÉ AGRADABLE es sentir el cuerpo limpio!
¿Sabes por qué usamos jabón para lavarnos? Porque con él se quita la grasa y la suciedad del cuerpo. Y aunque alguien piense que no tiene grasa, la verdad es que todos tenemos un aceite en la piel.
Una de las primeras defensas de nuestro organismo contra las enfermedades es la piel. Ella nos protege de los microbios dañinos. Por eso todos tenemos el cuerpo cubierto con una fina capa de aceite y grasa.
Cuando el polvo se mezcla con la grasa no se puede limpiar con agua. Entonces es que necesitamos el jabón. Aunque te bañes con mucha agua, y te frotes la piel, si no usas jabón, no quedarás limpio.
Gracias, Jesús, porque me quitas todo aquello que no sirve.
Actividad práctica: Lavarse cuidadosamente las manos. Luego secarlas con una toalla limpia.