Antiguamente las espadas tenían una hoja de bronce y de hierro con una empuñadura que generalmente estaba unida a la hoja de metal con remaches.
Los egipcios poseían espadas largas y cortas. Los babilonios usaban una espada que llamaban daga. La llevaban dentro de una vaina, colgada de un cinturón sobre el muslo y del lado izquierdo. Median aproximadamente 41 centímetros de longitud. Se cree que los hebreos usaban también esta clase de espada. Joab, uno de los hombres valientes de David, llevaba un cinto con una daga envainada pegada a su costado para defenderse cuando los enemigos los atacaban.
Lee más en la Biblia, 2 Samuel 20:8.
Sabías que cada uno de nosotros también puede tener una espada? No es de metal pero sí es muy buena: nos defiende de todo peligro. Por eso la tenemos que saber usar, para cuando el enemigo nos ataque. La Biblia dice: «Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y la palabra de Dios sea la espada que les da el Espiritu Santo» (Efesios 6:17).
Desafío: Construye una espada de cartón y escribe este versículo. Dibuja aquí tu espada personal que habla de Jesús.