No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Romanos 1: 16, RV60.
Una de mis ciudades preferidas de Europa es Salzburgo, en Austria. Sí, Salzburgo se encuentra en una de las zonas más pintorescas de Europa. Sí, es una ciudad rica en historia, arte y música. Sí, es una ciudad famosa porque Mozart vivió allí. Sí, es famosa por su imponente fortaleza ubicada en lo alto de una roca, con vista a toda la ciudad. Aunque todas estas son razones maravillosas para que te guste Salzburgo, debo confesar que yo quería ir a visitarla por otra razón. Antes de decirte la razón, déjame contarte un poco sobre mi niñez.
Como otros niños que crecieron en la década de 1970, no tenía la opción de alquilar DVDs o mirar películas en Internet. Ni siquiera teníamos controles remotos. De vez en cuando, mi mamá y mi hermana se ponían muy contentas porque pasarían en la televisión una de sus películas preferidas: La novicia rebelde. Obviamente, yo miraba la película con ellas, y mirarla cada vez que la pasaban se convirtió en tradición. Al acercarnos a Salzburgo, comenzamos a hablar sobre las diferentes cosas que podíamos ver allí. Fue una grata sorpresa darme cuenta de que todos nosotros habíamos crecido mirando La novicia rebelde en la televisión, y aunque estábamos un poco avergonzados de admitirlo, todos teníamos el deseo de visitar algunos de los lugares que se ven en la película. Y así lo hicimos.
A veces las personas se sienten avergonzadas e incómodas por ser cristianos, pero nosotros no deberíamos sentirnos así. Satanás quiere hacerte sentir avergonzado porque no quiere que les cuentes a otros del gozo que hay en tu corazón. No caigas en sus trampas.
¡Vive con orgullo el evangelio de Cristo a todo lugar donde vayas!