TAFFY ERA UNA PERRA pastor. Su trabajo era pastorear ovejas.
Cierto día se puso a ladrar y su dueño salió para ver qué ocurría. Ella había encontrado algo y lo llevaba a casa. Con su hocico empujaba a un gatito blanco, flaco y sucio. Al poco tiempo el gato, ahora limpio y bien alimentado, encontró en Taffy una buena compañera de juego.
Cierto día en que Taffy lo asustó, el gato subió a un árbol que estaba en el pafio de la casa.
Luego el gatito subió a una rama más alta y desde allí miraba a su amiga Taffy.
Ellos continuaron como buenos amigos durante mucho tiempo. El gatito siempre estaba listo para hacer que su amiga y protectora se sintiera contenta. Él nunca olvidó que ella le había salvado la vida.
Gracias, Jesús, por ayudamos a ser agradecidos.
Actividad práctica: Realizar durante esta semana un acto amistoso que beneficie a algún amigo.