La medicina moderna. tiene hoy en día la capacidad de curar algunas formas de ceguera congénita. Utilizando los últimos procedimientos de restauración quirúrgica, se pueden corregir algunos problemas oculares que hasta ahora era imposible corregir. Sin embargo, nada se registrará en el cerebro que jamás ha contemplado el espectro de un arco iris, las diferentes intensidades de la luz, o las diversas formas de seres y objetos. Aunque físicamente el ojo pueda funcionar bien, la mente misma necesita ser también restaurada. Más allá de la labor de los cirujanos, el cerebro también debe ser reprogramado.
Por eso constituyó un grandioso milagro cuando Jesús sanó al hombre que había estado ciego desde su nacimiento (ver Juan 9: 1-12), concediéndole la capacidad no solo de ver, sino de reconocer todo lo que veía en el sentido de saber qué era y cómo se llamaba. Una cosa es ver con los ojos y otra cosa es que el cerebro entienda lo que ve. Jesús sanó no solamente sus ojos, sino que también regeneró su mente.
De manera parecida, aunque nuestros ojos pueden estar funcionando bien desde el punto de vista físico, también necesitaremos el milagro de la visión. No la visión física, sino la espiritual. Necesitamos que nuestra visión espiritual sea transformada para que podamos discernir la acción de diferentes agentes frente a nosotros. Cosas sencillas como invitaciones, cartas y frases escuetas pueden no ser en realidad tan sencillas, pero hay que saber discernirlas.
La lección de esta semana analiza, en el capítulo 6 de Nehemías, dos casos en los que se levantó el velo de la ceguera y se concedió un necesario discernimiento.
Copia de tu versión preferida de la Biblia Nehemías 6: 10-19.
Para abreviar puedes copiar únicamente los versículos 12, 16.
O si lo prefieres, puedes parafrasear el pasaje bíblico utilizando tus propias palabras resumirlo o hacer un bosquejo.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2019. 4to trimestre 2019 “Nehemías” Lección 8: «Ante las salidas fáciles: discernimiento» Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo