Los esfuerzos de la coalición para obstaculizar el trabajo de Nehemías no tuvieron éxito; pues él había salido victorioso contra las fuerzas externas, así como frente a los conflictos internos. Pero esta vez, la misma coalición quiso tenderle una nueva emboscada para intentar detener una vez más, aunque fuera in extremis, la reconstrucción que casi se había completado ya.
Ahora los enemigos amenazaron la vida misma de Nehemías. En lugar de un ataque abierto, sugirieron una conferencia «ecuménica» en el valle de Ono. Todo según el viejo adagio de «Si no puedes con tu enemigo, únete a él». Viajar a la llanura de Ono requería todo un día partiendo desde el oeste de Jerusalén, entre las tierras de los ashoditas y los samaritanos. Pero Nehemías se percató de que aquello era peligroso porque:
El trabajo en sí se habría retrasado por al menos tres días: uno para viajar hasta allí, otro para regresar, y un día mínimo para las conversaciones.
Aquella conferencia era una invitación a realizar acuerdos, a hacer tratos, negociar y en última instancia, abandonar la estricta obediencia a la voluntad de Dios.
Habría sido fácil para Nehemías sufrir una emboscada y ser asesinado en dicho viaje.
Nehemías respondió parcamente sin mencionar que abrigaba sospechas ni rechazo a la propuesta: «Entonces envié mensajeros a decirles que yo estaba ocupado en una obra importante, y que no podía ir, ya que el trabajo se detendría si yo lo dejaba por ir a verlos» (Neh. 6: 3). Su respuesta fue firme, razonable y orientada a la misión. Aunque los enemigos insistieron cuatro veces más mediante cartas, la actitud de Nehemías no varió.
Algunos líderes tienen temor de parecer obstinados o inflexibles; otros le temen a la opinión pública y por esa razón están más dispuestos a cambiar de actitud. La actitud de Nehemías iba más allá de la necesidad de ser pragmático, ya que se trataba de una amenaza encubierta para el proyecto que Dios lo había llamado a realizar. Estaban a punto de concluir y Nehemías sabía que todo aquello era una invitación a comprometer su integridad, así como a poner en riesgo su propia vida y el avance del proyecto al que había sido llamado por Dios.
Cuando los enemigos de Dios te inviten a Ono, que tu respuesta sea: «¡No! Y «no» ¡es no!».
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¿cuál debería ser la respuesta del cristiano ante un ataque personal?
¿Hasta qué punto eres tú responsable de la opinión que los demás tienen de ti o de las falsas acusaciones que se lanzan en tu contra?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2019. 4to trimestre 2019 “Nehemías” Lección 8: «Ante las falsas acusaciones: Coraje» Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo