«El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes, en fin, con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes». Isaías 58: 6-7
Desde la época de los profetas hasta el cristianismo actual, han existido diversas formas de adoración. Algunas personas usan la palabra «adoración» para referirse a una pieza musical; otras consideran que sus cultos de sábado o domingo por lama-nana son la «adoración». Lo que convendría sería conocer la idea de Dios respecto a la adoración. Necesitamos saber qué entiende el Señor por adoración con el fin de adorarlo de acuerdo a sus preceptos.
«Tenemos suficientes libros que nos dicen cómo adorar a Dios, pero quizá no reflexionamos lo suficiente respecto al hecho de que es un concepto bíblico. La adoración es un tema que debe estar presente en nuestras vidas los siete días de la semana»
La adoración es una experiencia interna de naturaleza espiritual que se basa en la autenticidad. Cristo confirmó este concepto en el Nuevo Testamento cuando dijo: «La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren. Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren» (Juan 4: 23-24, RV95). Lamentablemente, algunas de las cosas que la gente adora (y la manera en que lo hacen) no tiene nada que ver con esto. Adorar al Creador en espíritu y en verdad es comprometerse en un acto apropiado de reverencia, adoración y alabanza que es correcto, bueno y agradable a Dios. Esto parte de la base de reconocer a Dios como el Creador del universo.
Si adoramos a un ídolo (el dinero o cualquier cosa creada por manos humanas) no estamos adorando al Creador. De igual manera necesitamos tener la actitud espiritual correcta, que reconozca la importancia suprema de Dios. Cuando exaltamos a Dios sobre todo lo demás, imitamos las cualidades de Jesucristo.
La verdadera adoración nos conduce a la salvación y nos amista con Dios el creador, así como con nuestros hermanos aquí en la tierra. La verdadera adoración nos hace vivir como una sola familia en Cristo, mostrando compasión, misericordia y amor los unos a los otros. ·
El mismo pecado de idolatría que cegó a los hijos de Israel existe hoy. Muchas personas, incluso en la iglesia, han dejado de adorar al Creador para adorar, alabar y reverenciar objetos y posesiones mundanas. Sin embargo, como jóvenes que vivimos en esta generación, debemos comprender que la verdadera adoración tiene que ver con nuestro estilo de vida. La manera en que nos relacionamos con Dios y con los demás es una parte importante de la adoración. Lo que hacemos externamente debe reflejar lo que somos por dentro.
Cuando conocemos a Dios, lo valoramos por encima de todo y tenemos una relación íntima con él, podemos experimentar una gozosa satisfacción que nos lleva a realizar actos de bondad por los demás.
Dios quiere que establezcamos una relación con él, y una de las formas de hacerlo es a través de la oración. A través de ella, aprendemos del Creador cómo debemos ser y actuar con los demás.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2019. 3er trimestre 2019 “Servir a los necesitados” Lección 6: «Adoren al creador» Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo