«Saúl envió luego mensajeros a casa de David para que lo vigilasen, y lo matasen a la mañana. Mas Mical su mujer avisó a David, diciendo: «Si no salvas tu vida esta noche, mañana serás muerto». Y descolgó Mical a David por una ventana; y él se fue y huyó, y escapó. Tomó luego Mical una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió con la ropa». 1 Samuel 19:11-13.
Mical
EI nombre de David brilla como un sol en la historia sagrada; el de Mical pasó como un cometa. Brilló con luz deslumbrante cuando salvó a David de la muerte, y se apagó cuando lo criticó.
Saúl quería matar a David porque era más popular que él. Las mujeres cantaban: «Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles», y danzaban al ritmo de los panderos (l Samuel 18:7).
David era yerno de Saúl, que usaba a sus hijas como trofeos. Cuando David mató a Goliat le dio a Merab, su hija mayor, y cuando David le cayó mal, se la entregó a Adriel. Entonces Mical vio su oportunidad. Cuando David realizó otra hazaña, Saúl se la dio (ver 1 Samuel 18:17-27).
Una noche, cuando Saúl mandó matar David, Mical lo ayudó a escapar. Pero Mical selló su destino cuando se burló de David y lo censuró en público porque cantaba y saltaba de alegría mientras el arca del pacto era trasladada hacia Jerusalén (ver 2 Samuel 6:16).
A Mical, David le pareció ridículo cuando danzaba delante de Jehová, porque en algún momento la túnica se le levantó un poco, y lo menospreció. En respuesta, David, que también era profeta, pronunció una terrible maldición sobre Mical: que nunca tendría hijos (ver 2 Samuel 6: 21, 22). Y así fue.
David y Mical pudieron fundar una dinastía real, pero la crítica le impidió a ella concebir. Repudiada por su esposo y menospreciada por la sociedad hebrea, Mical se fue consumiendo. El bumerán que lanzó volvió contra ella. Criticó una vez y fue criticada por el resto de sus días. Y como estrella fugaz, se hundió en el silencio de los tiempos y en el olvido de los hombres.
La próxima vez que el prestigio o la vida de tu esposo esté en peligro, haz todo lo posible para salvarlo, como hizo Mical. Nada más. La crítica no es buena, la auto crítica es mejor. —