A la mayoría de la gente no le gusta la idea de un dios vengativo. El temor a un dios iracundo e impulsivo es lo que motivaba a los marineros de la antigüedad a temblar ante la posibilidad de ser tragados por las olas del mar. Algunos, hasta el día de hoy y, conservan la imagen de un anciano poderoso con rayos en sus manos, listo para ir en pos de aquellos que están en contra de sus decretos. Por otro lado, muchos favorecen la imagen más delicada de Dios descrita en el Salmo 103: 8: «El Señor es tierno y compasivo: es paciente y todo amor». Ciertamente, eso describe a Dios, y su amor es para todos, especialmente para aquellos que han sido desposeídos y arrancados de sus hogares, que han sufrido injusticias, o que carecen de cualquier tipo de apoyo.
Por otro lado, el Salmo 94: 1 proclama: «¡Muéstrate Señor, Dios de las venganzas!», El salmista se hace eco en este poderoso capítulo de las preocupaciones que muchos de nosotros podríamos tener cuando escuchamos de las numerosas atrocidades cometidas en contra de aquellos a quienes Dios tiene en estima. «¿Dónde está el?»; «¿Cuándo se presentará?», «¿Por qué guarda silencio?». Podríamos sentirnos ten-indos a clamar expresando frustración junto a los burladores: «Dicen que el Señor no ve, que el Dios de Jacob no se da cuenta» (Sal. 94: 7). Pero Dios sí ve.
Este mundo está lleno de personas heridas que hieren a los demás. La gracia de Dios es para todos. En última instancia, Dios ha establecido a su iglesia para llevar justicia a los oprimidos. «Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien. No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; y tanto más cuanto que vemos que el día del señor se acerca» (Heb. 10: 24-25).
Las personas que experimentan un increíble dolor y necesidad, están más cerca de ti de lo que crees. Hace poco tuve la oportunidad de dirigir a un grupo de alumnos para que se acercaran a algunos refugiados sirios residentes en California. ¡Los alum-nos que asisten a una academia adventista cercana se sorprendieron al ver lo cerca de su escuela y de sus hogares que vivían aquellos refugiados! El pueblo de Dios debe ir en busca del dolor, no esperar a que el dolor los encuentre (Luc. 15: 3-7). Muchos de nosotros no nos oponemos a esa idea, pero nos falta saber cómo encontrar o reconocer el sufrimiento. Como iglesia, tenemos un llamado, un mensaje y una identidad que son especiales y que no deben comprometerse. Sin embargo, eso no significa que no podemos ser amigos de creyentes de otras denominaciones. Busquemos imanes, sacerdotes budistas y pastores, y preguntémosles si tienen miembros que necesitan un amor tangible manifestado a través de la acción. Luego compartamos nuestro mensaje adventista de amor con toda la comunidad a través de nuestro servicio.
PARA COMENTAR
El Salmo 94: 12 presenta la solución de Dios para su pueblo, respecto a lidiar con la injusticia. ¿Qué tiene que ver la ley de Dios con la justicia aplicable a los huérfanos y las viudas?
¿Cómo puede la iglesia procurar justicia para los oprimidos y continuar apoyando la separación iglesia-estado?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2019. 3er trimestre 2019 “Servir a los necesitados” Lección 5: «El clamor de los prfetas» Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo