Un día, mientras almorzaba con un amigo ateo llamado Chris, le pregunté cuál creía que era la solución a los tiroteos en las escuelas y a la violencia armada que afecta a los Estados Unidos. Me sorprendió cuando dijo: «La iglesia es lo único que considero puede resolver esos problemas. El problema de la violencia con armas de fuego suele estar asociado con personas que se aíslan de su comunidad. La solución es crear grupos que se relacionen con esas personas. Los ateos lo han intentado, pero jamás han manejado bien esa forma de comunidad».
La declaración de Chris me desafió a profundizar en lo que significaba «asistir a la iglesia el sábado». Lo que él me describió es un centro comunitario donde los ancianos se sientan al lado de los jóvenes, los médicos almuerzan junto a los desamparados y donde las familias pueden compartir sus problemas, alcanzando así en su misma comunidad local a las personas con dificultades. Según la idea de Chris, la iglesia es el lugar ideal para los solitarios, los adictos, los marginados y los desesperados, porque en ella pueden encontrar descanso y compañerismo. ¿Podría ser que Dios diseñara el sábado, y todas las reuniones que a menudo se celebran el viernes por la noche y durante el sábado, para que sean un antídoto contra los problemas de la sociedad?
Chris me recordó lo que hizo Cristo cuando acudió a la sinagoga el sábado. En Lucas 4: 17-19, vemos que Cristo leyó Isaías 61: 1-2 (ver Isa. 58: 6), un pasaje del Antiguo Testamento que habla de justicia social. Isaías 58 es particularmente interesante, ya que vincula la justicia social (w. 1-12) con la verdadera observancia del sábado (w. 13-14). Jesús estaba muy interesado en guardar el sábado como indica Isaías 58 (Mar. 2: 23-28; Luc. 6: 6-11; 13: 11-17; 14: 1-6; Juan 5: 2-9).
Mi iglesia celebra una comida todos los sábados después del culto. Cuando me encuentro durante la semana con alguien que no tiene qué comer, lo invito a unirse a nosotros en la iglesia para almorzar, explicando que de allí podrá llevar lo que sobre. Nuestra iglesia ofrece un programa el sábado en las tardes para los inmigrantes que desean mejorar su inglés. Muchas personas solas que quieren hablar y ser escuchadas también encuentran compañía en estos programas del sábado por la tarde.
Al final de nuestra conversación durante aquel almuerzo, Chris me dijo: «Aunque soy ateo, a menudo he considerado asistir a la iglesia, sencillamente porque ustedes son los mejores organizadores comunitarios que conozco, y eso es lo que nuestra sociedad necesita para superar los problemas sociales de racismo, discriminación y violencia». Como cristianos, no debemos sorprendernos. Chris nos llama a llevar a cabo lo que Isaías profetizó diciendo que los observadores del sábado serían llamados «reparadores de muros caídos», «reconstructores de casas en ruinas» (Isa. 58: 12).
PARA COMENTAR
Pregunta a tus amigos cuáles creen que son las soluciones para los problemas de tu comunidad. Escucha lo que ellos creen y responde recalcando ideas compartidas.
Elige un periódico local y echa un vistazo a algunos artículos con el fin de identificar necesidades de tu comunidad. Luego busca en la Biblia y ora acerca de las actividades que tu iglesia podría auspiciar los sábados en la tarde para ayudar a las personas que tienen problemas.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2019. 3er trimestre 2019 “Servir a los necesitados” Lección 3: «El sabado: un dia de libertad» Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo