ALGO INTERESANTE sucedió el primer día que cayó el maná en el desierto. Moisés le explicó al pueblo que recogieran solamente lo que iban a consumir ese día. Pero hubo gente codiciosa que recogió mucho más, pues al probarlo lo encontraron delicioso.
El maná tenía un sabor como de hojuelas con miel. Por eso todos lo encontraron riquísimo.
El maná «extra» amanecía descompuesto a la mañana siguiente. Las tiendas de los codiciosos empezaron a oler mal.
Únicamente los viernes Dios permitió que el pueblo recogiera una doble porción. El Señor obró un milagro para mostrar la importancia del sábado. Ese día no podían salir a recoger maná. El viernes debían recoger la porción del sábado, sabiendo que no se iba a dañar.
Actividad práctica: Hacer una lista de las cosas que hacemos a diario. En otra parte de la hoja anotar las cosas que hacemos el sábado.
Gracias, Señor, por los alimentos que nos concedes.