Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque ti estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Salmo 23:1-5.
Recuerdo aquellas madrugadas invernales, cuando entre penumbras caminaba por las veredas de la ciudad con pasitos de algodón. El silencio me envolvía, y yo, cargando en mis hombros la soledad y la oscuridad de la noche, repetía esta oración para ahuyentar las sombras y fantasmas que me esperaban en cada esquina, detrás de algún árbol. Yo era apenas un niño de unos diez años, y mi madre me confiaba la tarea de ir a buscar los dos litros de leche que el Gobierno les daba a quienes tenían «tarjeta de pobre». El almacén público abría a las cuatro de la madrugada y solo trabajaba una hora. Qyedaba a unas veinte cuadras de mi casa. No había promesas de luz en primavera ni tampoco en verano. En aquellas noches oscuras, mi corazón infantil oraba: «Jehová es mi pastor; nada me faltará».
Esta oración me acompañó toda la vida. Es la delicia de la niñez y el consuelo de la vejez. Es el Salmo más amado de todos los que escribió David.
Dios es el Pastor que te guía a «lugares de delicados pastos», para que descanses de las fatigas de la vida. Calma tu sed junto a «aguas de reposo». Consuela tu alma, y te guía por la vereda correcta. Te protege en el camino, y disipa las sombras. Sostiene tu vida, y te da confianza y seguridad. Te invita a su casa (Mat. 22:1-14), y ahí te alimenta. Unge tu mente y tu corazón con el aceite del Espíritu (Isa. 61:1). Te da sabiduría, y te sirve bendiciones abundantes en la copa de la vida.
Él está a tu lado en las oscuras noches de invierno, cuando nadie escucha tus pasitos de algodón.
Oración: Contigo, Señor, ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en tu casa morarépor largos días.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2019 «Las Oraciones más Poderosas de la Biblia» Por: Ricardo Bentacur.
Colaboradores: Rosalba Barbosa & Gladys Cedano