Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados. Éxodo 13: 18, RV60.
Nos fuimos de Luxor, Egipto, y nos dirigimos al este, hacia el Mar Rojo. Todos recordábamos las emocionantes historias del pueblo de Israel, cuando Dios los liberó de la esclavitud en Egipto abriendo ante ellos las aguas del Mar Rojo. Cuando bajamos del autobús en Hurgada nos encontramos con varias sorpresas.
La primera: había como treinta representantes de hoteles queriendo convencernos de hospedarnos en su hotel. Como fuimos los únicos cuatro turistas que bajamos del autobús, los treinta hombres nos rodearon y comenzaron a gritar unos sobre otros, todos procurando que fuéramos a su hotel. Durante los siguientes minutos escaló aún más la tensión entre ellos, ya que se empujaban y peleaban por acercarse a nosotros. Era una locura. Mis amigos y yo no sabíamos qué hacer, así que finalmente yo decidí intervenir y grité con todas mis fuerzas:
“¡¡¡Solo estamos de paso!!! ¡No nos quedaremos aquí esta noche!».
No teníamos ni idea de dónde dormiríamos esa noche, pero pareció funcionar, porque todos se alejaron lentamente.
Caminamos hacia el Mar Rojo y nos encontramos con una segunda sorpresa. Rápidamente notamos que en cada intersección de la ciudad había soldados del ejército egipcio bien armados. Pronto descubrimos el porqué. Como una hora más tarde, el entonces presidente egipcio Hosni Mubarak pasó por allí con su caravana. Con él estaba el que fue presidente de Libia, Muammar Gaddafi. Estaban recorriendo las bases militares egipcias de la zona. Nunca imaginé que vería a dos presidentes ese día en Egipto. Y, finalmente, llegamos al Mar Rojo.
Cuando viajo, lo que más me gusta es conocer lugares mencionados en la Biblia, como el Mar Rojo, porque hacen que la Biblia sea aún más real para mí.
Algunas personas creen que la Biblia no cuenta hechos que sucedieron de verdad, sino historias inventadas, pero la geografía, la arqueología y la historia confirman constantemente que los lugares, acontecimientos y personajes de la Biblia fueron todos reales.
Podemos usar esos descubrimientos para fortalecer nuestra fe en la Palabra de Dios.