Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Mateo 7: 24, NVI.
Mientras manejábamos por Italia, decidimos detenernos a ver uno de los monumentos más famosos del mundo: la Torre de Pisa. Estacionamos y cruzamos la muralla de la ciudad hasta la plaza donde se encuentra la torre. La torre inclinada es, en realidad, uno de los tres edificios del complejo. Al lado de la torre hay una catedral y un bautisterio, pero la torre es lo que atrae a millones de visitantes a la ciudad de Pisa cada año.
La construcción de la Torre de Pisa comenzó en EL 1173; ¡esa torre tiene casi mil años! La inclinación de la torre comenzó durante la misma construcción. Los expertos dicen que fue causada por un cimiento débil sobre un terreno que era demasiado blando como para soportar el peso de la torre. En ese entonces, construir ciertos edificios y torres podía llevar décadas, ¡Y algunas catedrales incluso llevaron cientos de años!
La inclinación de la Torre de Pisa aumentó durante las décadas anteriores a que estuviera finalizada; y para cuando estuvo lista, ya no había nada que pudiera hacerse para enderezarla. Ha quedado mal para siempre, y va inclinándose un poquito más cada año. En los últimos años, se han realizado grandes esfuerzos y se han gastado millones de dólares para detener su inclinación. Lo interesante es que todo esto podría haberse evitado si los constructores hubiesen construido la torre con un cimiento sólido hace mil años.
La Biblia dice que las personas que oyen las palabras de Dios pero no las ponen en práctica son como los tontos que construyen una casa sobre la arena, en lugar de hacerlo sobre terreno firme como la roca. ¡La Biblia nos ofrece cientos de páginas de sabiduría divina, y nos cuenta sobre el pasado, el presente, hasta el futuro!
Muchas personas confían en las ideas falibles del hombre acerca del mundo, pero es mejor basar nuestro conocimiento del mundo sobre la Palabra de Dios.