A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje. Mateo 25: 1 5, NVI.
Mi esposa y yo continuamos manejando hacia el norte, por el Reino Unido; pronto dejamos atrás Inglaterra y entramos a Escocia. Las hermosas colinas de un verde exuberante nos llevaron finalmente a Glasgow, un rico centro cultural y la ciudad más grande de Escocia, la tercera más grande del Reino Unido. Luego de una corta visita, continuamos nuestro viaje hacia la capital: Edimburgo. Esta ciudad tiene un maravilloso estilo antiguo e histórico. No es demasiado grande, pero en su casco antiguo se impone un castillo encumbrado en una colina.
Paseamos por la ciudad, y luego subimos a un mirador que deja ver la panorámica. Edimburgo es espectacular, pero hay una cosa que realmente la hace destacarse: el Fringe. ¿Qué es el Fringe? Bueno, es el festival de artes más grande del mundo. Edimburgo organiza este festival de artes cada verano, y dura casi un mes. Más de 20.000 artistas de unos 50 países vienen a esta ciudad a demostrar sus talentos en muchas categorías: comedia, teatro, circo, música… Se utilizan unos 300 espacios para realizar más de 3.000 presentaciones durante el festival. Me asombraba pensar cuánto talento hay en esta ciudad cada verano durante el festival.
Todos tenemos talentos. Sí, todos, incluido tú. ¿Sabes cuáles son tus talentos? Conocerlos o descubrirlos es tu tarea. Supongo que ya te has dado cuenta en qué eres bueno, así que te pregunto: ¿Qué estás haciendo con esos talentos? Generalmente se llega a una de dos posibilidades: o los estás usando para tu propia gloria, o los estás usando para la gloria de Dios. Como Dios es quien nos da los talentos, nos ha pedido que seamos responsables del uso que les damos. Si los usas para darle gloria a Dios, entonces los estás utilizando para testificar.
Lo que más me gusta de todo esto es que si usas tus talentos con el propósito para el cual te han sido confiados, Dios te bendecirá con más. ¡La parábola de Jesús sobre los talentos habla precisamente de esto! Léela, está en Mateo 25: 14-30.