«¡Qué grato es hallar la respuesta apropiada, y aún más cuando es oportuna!». Proverbios 15:23.
Dominio Propio
Cuando sucedía algo malo en la casa de una niña llamada Cecilia, ella era la primera en dar la noticia a su papá en cuanto este regresaba del trabajo. Ella fruncía el ceño para mostrar su enojo, y después de escucharla, el papá fruncía el ceño también. Cuando la mamá se dio cuenta de esto, habló con Cecilia para que dejara de portarse así.
¿Sabes qué cosa es el ceño? Es el entrecejo, o sea, el arco que se encuentra entre ceja y ceja. Fruncirlo significa arrugarlo hacia abajo para mostrar enojo, desagrado, desaprobación o descontento. ¿Tú frunces mucho el ceño? Si lo haces, quiero que sepas que es algo feo.
La Biblia menciona a Ahirmas. Su nombre significaba «mi hermano es ira» o «hermano de enojo». Era hijo del sacerdote Sadoc y fue mensajero de David durante la rebelión de Absalón. Fue el primero en llegar hasta donde estaba David con la noticia de la victoria sobre Absalón. A pesar de que se le dijo: «Tú no eres hoy la persona ideal para llevar la noticia» (2 Samuel 18: 20), él quería llevar la noticia al rey David sobre la muerte de su hijo, e insistió a Joab para que lo dejara ir. Corrió tanto que adelantó al mensajero etíope que había mandado el comandante Joab. Pero cuando llegó junto a David, no tenía un mensaje claro para dar. Si quieres conocer bien la historia está en tu Biblia, en 2 Samuel 18.
Dice el Proverbio 15: 23: grato es hallar la respuesta apropiada, y aún más cuando es oportuna!». Ese tipo de respuestas nunca se dan con el ceño fruncido, sino con calma.
Desafío: Piensa antes de dar una respuesta en cada situación de este día y trata de adquirir el hábito de pensar antes de hablar.