Un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel y los sacó, Hechos 5: 19.
La mayoría de nosotros duerme de noche, y casi ni nos enteramos de lo que sucede en el mundo mientras dormimos. El mundo es como un sitio diferente de noche, y no me refiero a toda la gente que se desvela trabajando para que todo siga funcionando.
Muchas de las criaturas de Dios son nocturnas por naturaleza. Duermen de día, y merodean y cazan de noche. Una vive en el cinturón de bosques tropicales del oeste de África: es el gálago. Esta criaturita es más pequeña que el gato doméstico promedio, pero con frecuencia tiene mejor vista. Tiene un tapetum que refleja la luz localizado detrás de la retina del ojo.
Estos animales son básicamente insectívoros (se alimentan de insectos), pero comen varias frutas y nueces. Durante las horas del día las crías de gálago también buscan la goma de los árboles de acacia. Así se nutren del calcio que no obtienen al comer roedores pequeños e insectos. La goma fluye de los árboles de acacia cuando las larvas de dos especies de escarabajos pulverizadores de madera, y una especie de polilla, forman galerías en las ramas. Cuando la goma se expone al oxígeno, comienza a fluir. Al fluir, la cría de gálago la come. Al quedar establecida una fuga de goma, la cría la visita con frecuencia. Un gálago adulto puede visitar hasta 300 en una noche, en busca de la goma.
En el día, los gálagos usualmente duermen en grupos. De noche, cazan ínvidamente. El gálago hembra tiene dos camadas al año, con un promedio de dos crías por cada una. El periodo de gestación es de 120 días.
Dios y sus ángeles trabajan de noche, y también de día. Dios abrió las puertas de la prisión para sus siervos en la noche, y Jesús luchó con Jacob en la noche. Quiere lo mejor para nosotros, que a veces se consigue de noche. Gracias a Dios porque siempre está en guardia dia, y noche, pendiente de lo mejor para ti.