«En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡rescátame, Señor, Dios de la verdad!». Salmo 31: 5
LA NOTICIA LLEGÓ DE REPENTE, después de manifestar ciertos síntomas extraños me habían llevado al hospital para ver qué estaba pasando. Inicialmente intentaron ocultarme el diagnóstico hasta que a un visitante, «por error», se le escapó: «Hepatitis B aguda». «En las condiciones que se encuentra —me dijo el galeno—, no hay medicamento que haga efecto. No creo que pueda vivir más de tres meses».
Con apenas dieciocho años, toda una vida por delante y cargado de sueños y planes, ¿cómo afrontar una noticia como esta? Lo primero que llega a la mente es: « ¿Por qué a mí? Hay tantas personas por ahí abusando de su cuerpo, desperdiciando sus vidas y están sanas. Y yo que cuido mi cuerpo, no tengo vicios y me estoy preparando para servir al Señor como pastor tengo que pasar por esto».
A pesar del diagnóstico, sabía que el Dios a quien servía era poderoso y que podía obrar un milagro en mi vida. De hecho, siempre anhelé un milagro en mi vida y esta parecía ser la oportunidad ideal para que se realizara. Creí con todas mis fuerzas que Dios me libraría, como libró a otros en la antigüedad. No podía estar más seguro o tener más fe en que Dios haría lo imposible.
Cada vez que asistía a una consulta esperaba confiado en que el médico no encontraría ningún vestigio de la fatal enfermedad, pero el milagro no llegó y tuve que resignarme a que pronto descansaría en la tumba. La enfermedad había avanzado agresivamente y me encontraba cada vez en peor estado.
A veces tenemos un concepto equivocado de la fe. Pensamos que con solo creer podemos hacer que cualquier cosa suceda. Tener fe significa mucho más que eso. Fe es creer que Dios está al control, pase lo que pase; que nuestra situación forma parte de su plan para nuestra vida. Es creer que el resultado final siempre será lo mejor para nosotros y nuestro destino eterno. Hoy quiero que enfrentes cualquier situación difícil creyendo que Dios tiene tu vida y tu situación en sus manos y los frutos de su trabajo se manifestarán, no como tú quieras, sino como en su infinita omnisciencia él lo considere mejor.
Continuará…
Carlos Acosta
República Dominicana
#MatinaldeJóvenes
#RadioJovenAdventista
#MeditacionesDiarias
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2018 “365 vivencias de jóvenes como tu