«Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios les ha dado a las iglesias de Macedonia. En medio de las pruebas más dificiles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad. Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de Io que podían, rogándonos con insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos». 2 Corintios 8: 1-4, NVI
ASI TODOS LOS CREYENTES MACEDONIOS eran pobres en bienes materiales, pero sus corazones rebosaban de amor a Dios y a su verdad, y daban alegremente para el sostén del evangelio. Cuando se hicieron colectas generales entre las iglesias gentiles para aliviar a los creyentes judíos, la generosidad de los conversos de Macedonia se presentaba como un ejemplo a las otras iglesias. […] La buena voluntad de los creyentes macedonios para sacrificarse era resultado de su completa consagración. Movidos por el Espíritu de Dios, «a sí mismos se dieron primeramente al Señor» (2 Cor. 8: 5); entonces estaban dispuestos a dar generosamente de su dinero para el avance del evangelio. No era necesario instarlos a dar; más bien, se sentían felices de tener el privilegio de privarse hasta de lo básico, a fin de suplir las necesidades de otros. Cuando el apóstol quiso contenerlos, le insistieron para que aceptara sus ofrendas. En su sencillez e integridad, y en su amor por los hermanos, se negaban alegremente a sí mismos, y así abundaban en frutos de benevolencia. — Los hechos de los apóstoles, cap. 32, p. 254. «ra conocen la gracia de nuestro SeñorJesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos». 2 Corintios 8: 9, NVI
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“Una Religion Radiante”
Por: Elena G. de White