“Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo”.
_1 Juan 1: 3_
Si pudiera escoger una época en la historia para nacer, escogería la época en que Jesús vivió. Supongo que me llevaría un tiempo adaptarme: sin auto, sin aviones, sin teléfono, sin fax. Tal vez encontraría demasiado lento el proceso de las cosas. Pero tendría el privilegio que tuvieron los hombres de esa época: oír personalmente a Jesús. Podría tocarlo, abrazarlo. Mis ojos quedarían maravillados al presenciar en vivo los milagros extraordinarios que Él realizara. Hoy podría describirlo con exactitud de detalles: su sonrisa, el color de sus ojos, sus cabellos, su estatura exacta, etc.
Quedé impresionado con la expresión de Juan: “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros”. ¿Quiere decir que tu y yo nunca podríamos decir lo mismo porque nacimos en otra época de la historia? Ahí está el gran error de mucha gente. Quizá no podamos verlo ni tocarlo físicamente, pero *podemos tener una experiencia personal con Él a través de la comunión diaria.* El versículo dice que Juan anuncia todo lo que vio y oyó para que nosotros podamos tener comunión con el Padre.
El gran problema del hombre moderno es que no tiene tiempo para dedicarlo a Dios. Las múltiples actividades diarias lo absorben de tal manera que no le queda tiempo en su agenda para decir: “Señor, estoy aquí, no quiero salir a la lucha de la vida ni comenzar las actividades de hoy sin la seguridad de que estarás conmigo a lo largo del día”.
Nunca olvides que la devoción sin acción se transforma en fanatismo, y acuérdate siempre que la acción sin devoción es locura, porque no satisface. Andarás siempre con la sensación inconsciente de que te falta algo. El grito desesperado de tu corazón te impedirá disfrutar de las cosas buenas que puedas conseguir en la vida.
*Aprende a andar diariamente con Jesús.* Haz de Él el centro de tu experiencia. Que Él te dé las fuerzas para luchar y vencer, la inteligencia para tomar decisiones sabías y la sabiduría para definir situaciones cuando tengas la impresión de que todo el mundo está confuso.
En medio de la agitación del día, detente por un minuto, cierra los ojos y dile: “Hasta aquí todo está bien, continúa en el control de la situación”. Verás que ese minuto de comunión directa con Él te dará un nuevo aliento para las actividades del día. Entrarás en la sala de sesiones con un nuevo brillo en el rostro, porque no estarás sólo.
*Jesús estará a tu lado*
_Alejandro Bullón_
MatinalFamiliar
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Matinal Para Toda La Familia 2018.
“A Solas Con Jesus”