Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello«o y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza» (Fil. 4:8, NTV).
Hace algunos años, escuché una disertación sobre mi Iglesia y sus valores. La investigación se concentraba en qué valores recibieron los puntajes más altos por parte de los miembros de iglesia, y presentaba hipótesis sobre la razón. Los resultados eran bastante predecibles. Sin embargo, hubo un giro inesperado, que nos sorprendió a todos. Uno de los examinadores, un profesor invitado de otra denominación, dijo: «Todo esto está muy bien. Pero ¿no sería interesante mirar los valores que no recibieron puntajes tan altos, por ejemplo, la estética? Ustedes predican sobre el cielo,’ donde se supone que todo será hermoso, pero parece que nadie le da importancia a la belleza aquí, en la tierra. ¿Cómo explican eso?»
Cuando leemos el versículo de hoy, generalmente pensamos en el carácter, los pensamientos y cosas así, pero raramente pensamos en que este versículo también puede estar refiriéndose a la belleza.
Unos días atrás, leí sobre el éxodo de los israelitas, especialmente cuando Dios les dio instrucciones de cómo vivir. Dios entregó a su pueblo los Diez Mandamientos, les explicó sus responsabilidades sociales, luego habló de las leyes del sábado y las fiestas, y finalmente los instruyó sobre cómo construir el Tabernáculo. Desde Éxodo 25 hasta el final del libro, ¡once de los dieciséis capítulos restantes describen minuciosamente una creación estética! ¿Podrá ser, quizá, que la belleza sea importante para Dios, incluso en este mundo imperfecto? Fragancias perfumadas, cortinados coloridos, piedras resplandecientes, querubines bordados… ¿Podría volverse más hermoso?
Éxodo 25 indica claramente que el Espíritu de Dios es quien nos da «sabiduría, inteligencia y capacidad creativa para hacer trabajos artísticos en oro, plata y bronce, para cortar y engastar piedras preciosas, para hacer tallados en madera y realizar toda clase de diseños artísticos y artesanías […] para realizar toda clase de artesanías, diseños y recamados en lana púrpura, carmesí y escarlata, y lino. Son expertos tejedores y hábiles artesanos en toda clase de labores y diseños» (vers. 31-33, 35, NVI).
¿Te parece que la estética tiene un puntaje alto en el sistema de valores de Dios, y que forma parte de su esencia? Yo creo que sí. ¿Por qué no nos esforzamos por reflejar esa belleza y actuamos de acuerdo con «todo lo bello» en nuestras vidas diarias? Hoy mismo traigamos un poquito de Dios y del cielo a esta tierra.