No basta con oír el mensaje, hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. Santiago 1: 22
Existe una solución muy sencilla para la mayoría de los problemas: haz algo. Aunque, por muy simple que parezca este consejo, no siempre es fácil de poner en práctica. Cuando algo no va bien, nuestra tendencia es a quejarnos: pero si quieres un verdadero cambio de circunstancias, deja de quejarte y haz algo.
Digamos, por ejemplo, que estás aburrido. Levántate entonces y busca algo no aburrido que hacer. Llama a tus amigos y organiza un partido de voleibol. Lee un libro. Llama a un primo. iHaz algo!
Si las reuniones de Jóvenes de tu iglesia te dan sueño, no te quejes. Haz algo. Reúne a las personas más interesantes y enérgicas del grupo, y habla con el director de Jóvenes. Haz una lista de sugerencias de actividades que te gustaría hacer. Ofrécete como voluntario para ayudar a organizar una excursión. Ofrécete para participar en una dramatización, para cantar, o para ayudar a planificar una actividad de fin de semana. iHaz algo!
Esta regia también se aplica a las relaciones. Si uno de tus compañeros de clase parece molesto contigo, no lo ignores ni hables de él a sus espaldas. iHaz algo! Acércate con una actitud amistosa y pregúntale qué ocurre, o invítalo a estudiar contigo después de la escuela.
Cuando estés preocupado por algún asunto, piensa si hay algo que puedas hacer al respecto. Si es así, comienza a hacerlo. Por ejemplo: si te preocupa un examen que tendrás el día siguiente, repasa y estudia el material. una vez que hayas hecho tu parte, te sentirás mejor. Es increíble cómo hacer algo puede cambiar cualquier situación.
Ponlo en práctica: Recuerda siempre el consejo de «hacer algo». La próxima vez que estés tentado a quejarte, piensa en algo que puedas hacer para mejorar la situación.
Ponlo en oración: Pídele a Dios que te ayude a tener el valor y la sabiduría para hacer algo y mejorar lo que esté ocurriendo