Feliz el hombre que […] pone su amor en la ley del Señor y en ella medita noche y día. Salmo 1: 1-2.
Amí no me gusta comerme o beberme algo luego de que alguien lo ha probado. así que cada vez que alguien pide tomar un sorbo de mi bebida o un bocado de mi comida, le digo: «Por supuesto, ya terminé». Esa es mi manera educada de decir: «No quiero probarlo después de que tú lo hayas probado, así que no hay necesidad de que me lo devuelvas. Quédatelo».
Desafortunadamente, como cristianos, a veces hemos tomado esta misma actitud de «quédatelo» en asuntos mucho más importantes que las comidas. Déjame explicarte. Tomemos la meditación, por ejemplo. A lo largo de la Biblia leemos sobre la importancia de la meditación, pero rara vez escuchamos que se hable de esto en la iglesia. Muchos cristianos consideran la meditación como algo de la Nueva Era o que se practica solamente en los países orientales. El hecho de que algunas religiones usen la meditación, no significa que debemos renunciar a la práctica de la meditación bíblica. Hacerlo, sería como decir: «Tranquilo, ya terminé. Quédatelo».
La meditación, como se la describe en la Biblia, significa apartar un tiempo tranquilo para reflexionar sobre aquello que Dios quiere que tengamos presente. Estos son algunos temas en los que él dice que debemos meditar:
Las promesas de Dios. David dijo: «Amo y anhelo tus mandamientos, y pienso mucho en tus leyes» (Salmo 1 19: 48). Si te sientes molesto o inquieto, medita o piensa en una promesa de Dios que te dé paz Ouan 14: 27, por ejemplo).
El amor infalible de Dios. «Oh Dios, en medio de tu templo pensamos en tu gran amor» (Salmo 48: 9). Piensa en la cruz y en todas las maneras en que Dios ha mostrado su amor.
La ley de Dios. «Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día y de noche» (Josué l : 8). Piensa en los mandamientos de Dios. Él no te pediría que hicieras algo si no fuera beneficioso para ti.
‘ La creación. David escribió: «Medito en todas tus grandes obras y pienso en lo que has hecho» (Salmo 143: 5, NTV). Piensa en las estrellas, los planetas, el océano y todo lo que Dios ha creado, y deja que esas obras y maravillas te recuerden lo maravilloso que él es.
Ponlo en práctica: Elige uno de estos meditación bíblica y dedícale un tiempo de reflexión silenciosa.
Ponlo en oración: Agradece a Dios por sus promesas, por su amor, por su ley y por su creación.