El oído para oir y el ojo para ver fueron creados por el Señor (Proverbios 20:12.
Poco después de que mi esposo y yo nos casáramos, él comenzó a preguntarme «¿esto combina?», cada vez que tenía que elegir qué ropa ponerse ese día. Siendo como soy amante de la moda, nunca dejo pasar una oportunidad de hablar de ropa, así que siempre estuve dispuesta a ayudarlo. Además, él parecía necesitar mi ayuda, como comprobé los días que se vistió solo y terminó llevando una camisa verde fosforita con pantalones cortos tipo militar («Son del mismo color —trataba de justificarse él—, ¿cómo no van a combinar?»). Por lo visto, el verde fosforito y el caqui le parecen iguales a Robert.
Cuando me enteré de que Robert es daltónico, me sentí triste por él, ya que no es capaz de ver la hermosa gama de colores que nos ofrece la naturaleza. Él, por otra parte, piensa que es algo irrelevante, a lo que yo solo puedo contestarle: «iEso es porque no sabes lo que te estás perdiendo!». Sin embargo, a veces, su limitado espectro de color me ha venido muy bien, como cuando mi peluquera transformó drásticamente mi pelo de castaño a pelirrojo. Cuando llegué a casa, dispuesta a dar explicaciones, él me dio un beso en la mejilla y me dijo: «Me gusta tu pelo. Parece que al final decidiste no cambiar el color».
Después de años de vestirse con vibrantes combinaciones de colores, hizo un test que reveló que es daltónico (sorprendentemente, realizó la prueba en la escuela primaria donde enseña. Él estaba sentado en una silla para niños, y mientras el oculista le hacía preguntas, estaba rodeado por un grupo de chicos de cinco años que se burlaban de él diciendo: «No puede distinguir ese color, ¿cómo es posible que no sepa qué color es ese?»).
La Biblia dice que ahora no podemos ver las cosas con •claridad, que todos tenemos una visión borrosa, alterada, que solo mejorará cuando Cristo vuelva: «Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente: pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí» ( l Corintios 13: 12). Solo entonces veremos las cosas como Dios las ve. Estoy segura de que nos sorprenderemos de todas las cosas que no pudimos percibir todos estos años.
Ponlo en práctica: Al mirar una situación, recuerda que Dios tiene una mejor visión de ella que tú.
Ponlo en oración: Dile a Dios que confiarás en él, incluso cuando no puedas ver las cosas desde una perspectiva más amplia.