<<De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama esta tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando paìs todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas>>. Mateo 24: 32, 33
EL VUELO 918 del Lloyd Aéreo Boliviano me llevaba de Santa Cruz de la Sierra hacia La Paz. Entonces abre el diario El Día, de Santa Cruz, y di una mirada a los títulos. ¿Qué estaba pasando en el mundo?
En Sarajevo, millares de personas lloraban la locura de la guerra, y los niños solo tenían la lucha irracional de los adultos para satisfacer su hambre. En el Perú, un grupo revolucionario destruyó y mata <<en nombre de la justicia>>, sin siquiera saber por qué hizo eso. En los Estados Unidos, Clinton fue acusado de adulterio, en una lucha por el poder en el paìs más poderoso del mundo. En Irak, la guerra amenazaba estallar en cualquier momento. Además de eso, hay hambre, guerras, terremotos, valencia lucha de los sindicatos que exigen mejores salarios, explotación, corrupción y desconfianza.
<<Todo eso – pienso-, es reflejo de los días en que vivimos>>. No en balde alguien tiró el diario a la basura y escribir una música pesimista: >>Paren el mundo, me quiero bajar>>.
¿Te preguntaste alguna vez que sucede con el ser humano, que es capaz de conquistar la Luna pero incompetente para resolver sus problemas en la Tierra? ¿Como alguien conquista los misterios del átomo y de la energía nuclear y no supera los propios desafíos? ¿Será que esa situación mejorará? Alguna vez le daremos una oportunidad a la paz? ¿Cuando llegaremos a vivir en un mundo sin drogas, contaminación y violencia?
Cada uno tiene su teoria y trata de encantar una explicación para el asunto, pero el versículo de hoy dice que el mundo iré de mal en peor. No existe solución humana para la crisis actual. Sucede que en el fondo del ser humano hay una extraña incoherencia. Se discute qué hacer para combatir la contaminación del aire entre humaredas de alquitrán y nicotina, se busca la paz con la violencia, se provoca una salida para el problema de los niños abandonados, mientras los viejos son despreciados en las filas bancarias para recibir una mísera ubicación, como resultado de toda una vida de producción.
Pero no todo está perdido, porque después de la noche viene el día. Es una ley. La noche puede ser oscura y fría; soplan los vientos y mucha gente queda asustada; pero el día viene.
Cristo aviso <<Cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas>>.
Por eso, mira a tu alrededor. Pero mira mis allá. Hay una aurora eterna que ya despunta en el horizonte. Un nuevo día viene, lo creas o no. No depende de nosotros. Las profecías lo confirman. Está escrito. Y todo lo que está escrito tiene que cumplirse al pie de la letra. ¿Es posible dudar de que Cristo volverá? Recuerda: <<Cuando veáis todo estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas>>. ¿Estás listo para vivir eternamente?