«La que cayó entre espinos son los que oyen pero luego se van y son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto». Lucas 8: 14
SATANAS PRESENTA EL MUNDO ante los pobres mortales con sus más seductores y tentadores atractivos, y ellos lo contemplan, y su resplandor eclipsa la gloria del cielo y de la vida tan perdurable como el trono de Dios. Una existencia llena de paz, felicidad, gozo inexpresable, que nada sabrá de pesares, penas, dolores ni muerte, es sacrificada a cambio de una corta vida de pecado. — Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 92. La vida en las ciudades es artificiosa y falaz. El afán por enriquecerse, las pasiones y la constante búsqueda de placer, así como la fiebre de la ostentación, el lujo y el consumismo, son todo ello pulsiones que impiden a la mayoría cumplir el verdadero propósito de la vida. Abren la puerta a una infinidad de males y ejercen sobre la juventud un atractivo casi irresistible. Una de las tentaciones más insidiosas y nefastas, que acechan a los adolescentes y a los jóvenes sobre todo en las ciudades, es el hedonismo. Sobreabundan las ofertas de diversión y de placeres que seducen a millares, unido a que los intensos impulsos pasi(Y nales son muy fuertes, distraen a la juventud de los deberes de la vida. De este modo el dinero que debiera ahorrarse para mejores fines se desperdicia en francachelas. — El ministerio de curación, cap. 30, p. 252, adaptado. «Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bimz, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida afin de que puedan resistir». I Corintios 10: 13, NVI