PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
“Un general muerto en la batalla es una pérdida para su ejército, pero su muerte no da fuerza adicional al enemigo. Mas cuando un hombre eminente se une al adversario, no solamente se pierden sus servicios, sino también aquellos a quienes él se une obtienen una decidida ventaja. Saulo de Tarso, en el camino a Damasco, podría fácilmente haber sido muerto por el Señor, y se hubiera restado mucha fuerza al poder perseguidor. Pero Dios, en su providencia, no sólo le perdonó la vida, sino también lo convirtió, transfiriendo así a un campeón del bando del enemigo al bando de Cristo” (HAp 102).
“Cristo les había ordenado a los discípulos que fuesen a enseñar a todas las naciones; pero las enseñanzas previas que habían recibido de los judíos hacían que fuese difícil para ellos comprender plenamente las palabras de su Maestro y, por lo tanto, eran lentos para actuar en consecuencia. Se autodenominaban hijos de Abraham y se consideraban herederos de la promesa divina. Recién varios años después de la ascensión del Señor, su mente se expandió lo suficiente como para entender con claridad la intención de las palabras de Cristo, de que debían trabajar para la conversión tanto de los gentiles como de los judíos” (LP 38).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Reflexiona en la pregunta que Jesús le hizo a Pablo camino a Damasco: “¿Por qué me persigues?” (Hech. 9:4). Para Pablo, esta pregunta era una indicación de que Jesús de Nazaret realmente había resucitado de entre los muertos. Pero, aparte de eso, también era una indicación de la identificación espiritual que existe entre Jesús y su iglesia (ver además Mat. 25:34-45). La implicación es obvia: cualquier daño causado a la iglesia es un daño que se le hace a Jesús personalmente. ¿Qué significa esto para nosotros hoy en términos prácticos?
2. Dar testimonio de Jesús implica sufrir por Jesús. No es casualidad que la palabra griega para “testigo” (martys) esté relacionada con “martirio”.¿Qué significa sufrir por Jesús?
3. Hay un viejo refrán latino, Credo ut intelligam, que significa: “Creo para poder entender”. ¿De qué modo nos ayuda esta idea a comprender lo que
le sucedió a Saulo de Tarso? Es decir, antes de su conversión, antes de que Pablo se convirtiera en un creyente en Jesús, él no entendía. Recién después de su experiencia pudo comprender. ¿Qué lección podemos extraer de esto para cuando nos sintamos frustrados con quienes no creen en verdades que a nosotros nos parecen tan claras?
Lección de Escuela Sabática Para Adultos 2018. 3er trimestre 2018
“El libro de Hechos”
Lección 5: “LA CONVERSIÓN DE PABLO”